El Gobierno construido por Pedro Sánchez es un andamiaje que ha colapsado. La pandemia ha hecho evidente su falta de calidad gestora, el extravío político y sus caóticas prioridades. Hoy el estado de alarma lo es por partida doble. Podemos en el Gobierno representa en estas circunstancias, un riesgo inasumible y amenazante para el sistema democrático y la gobernabilidad, para el esfuerzo de recuperación económica y para la posición internacional de España. Es hora de que el Partido Socialista decida ya si en estas circunstancias quiere ser parte del problema o de la solución.
La estrategia de Joaquim Torra ante la crisis del COVID-19 ha evidenciado el carácter desleal, insolidario, etnicista e irresponsable del independentismo catalán, al que el presidente de la Generalitat ha dejado sin relato ni mensaje. Con una campaña mediática para desprestigiar y deslegitimar cualquier política del Estado propagando falsedades, Torra ha conseguido convertirse en una amenaza incluso para sus socios haciendo que la autodeterminación de Cataluña quede fuera de cualquier agenda política.
Es curioso que, en estas circunstancias, el vicepresidente 2º del Gobierno, Pablo Iglesias, se dedique a tuitear el artículo 128 de la Constitución que subordina al interés general toda la riqueza nacional cualquiera que sea su titularidad y reconoce la iniciativa pública en la actividad económica, la posibilidad de que el sector público se reserve por ley recursos o servicios esenciales, así como la intervención de empresas por razones también de interés general.
Esencialmente importa salvar vidas, pero después vendrá el gravísimo impacto del coronavirus sobre la economía y, a no tardar, otras consecuencias de orden político, cultural y social que todavía somos incapaces de anticipar con precisión. El coronavirus se fortalece como un agente de transformaciones radicales en el mundo. Si nos fijamos en España, es evidente que poco quedará de esa agenda compartida por el PSOE con la izquierda radical populista de Podemos. Tendremos que pensar con mucha más prudencia a qué dedicamos el dinero público, qué causas abrazamos, en qué debates nos adentramos y en qué políticos podemos confiar.
Presentación de 'La constitución de la nación'
04.04.2020. El Gobierno construido por Pedro Sánchez es un andamiaje que ha colapsado. La pandemia ha hecho evidente su falta de calidad gestora, el extravío político y sus caóticas prioridades. Hoy el estado de alarma lo es por partida doble. Podemos en el Gobierno representa en estas circunstancias, un riesgo inasumible y amenazante para el sistema democrático y la gobernabilidad, para el esfuerzo de recuperación económica y para la posición internacional de España. Es hora de que el Partido Socialista decida ya si en estas circunstancias quiere ser parte del problema o de la solución.
04.03.2020. La estrategia de Joaquim Torra ante la crisis del COVID-19 ha evidenciado el carácter desleal, insolidario, etnicista e irresponsable del independentismo catalán, al que el presidente de la Generalitat ha dejado sin relato ni mensaje. Con una campaña mediática para desprestigiar y deslegitimar cualquier política del Estado propagando falsedades, Torra ha conseguido convertirse en una amenaza incluso para sus socios haciendo que la autodeterminación de Cataluña quede fuera de cualquier agenda política.
04.01.2020. Es curioso que, en estas circunstancias, el vicepresidente 2º del Gobierno, Pablo Iglesias, se dedique a tuitear el artículo 128 de la Constitución que subordina al interés general toda la riqueza nacional cualquiera que sea su titularidad y reconoce la iniciativa pública en la actividad económica, la posibilidad de que el sector público se reserve por ley recursos o servicios esenciales, así como la intervención de empresas por razones también de interés general.
03.30.2020. Esencialmente importa salvar vidas, pero después vendrá el gravísimo impacto del coronavirus sobre la economía y, a no tardar, otras consecuencias de orden político, cultural y social que todavía somos incapaces de anticipar con precisión. El coronavirus se fortalece como un agente de transformaciones radicales en el mundo. Si nos fijamos en España, es evidente que poco quedará de esa agenda compartida por el PSOE con la izquierda radical populista de Podemos. Tendremos que pensar con mucha más prudencia a qué dedicamos el dinero público, qué causas abrazamos, en qué debates nos adentramos y en qué políticos podemos confiar.