Crear una renta mínima requiere una reflexión previa y rigurosa, un diseño técnico que genere seguridad y un amplio consenso político que garantice su permanencia. No se entiende la urgencia de aprobar un mecanismo permanente y estructural cuando podemos aunar solidaridad y prudencia. Sería más sencillo y eficaz consensuar inmediatamente un mecanismo temporal y crear un fondo contra la pobreza para sostener las rentas de los más damnificados por la crisis con una duración estipulada de un año. Las ayudas serían asistenciales y con una condicionalidad baja. Y se ligaría su percepción a una serie de objetivos.
Desde el día 7 de marzo el Gobierno ha aprobado cuatro normas para responder al impacto económico del COVID-19. A pesar de esta avalancha legislativa, expresión de un Gobierno desbordado y desnortado, llama poderosamente la atención su resistencia a adoptar las medidas tributarias que la situación exige. Ni ajustes en favor de autónomos, ni de empresas, ni de contribuyentes individuales. El panorama apunta a la desolación. O el ejecutivo rectifica rápidamente y aprueba nuevas medidas o el infierno fiscal acabará por consumir buena parte de nuestra economía.
La estrategia de Joaquim Torra ante la crisis del COVID-19 ha evidenciado el carácter desleal, insolidario, etnicista e irresponsable del independentismo catalán, al que el presidente de la Generalitat ha dejado sin relato ni mensaje. Con una campaña mediática para desprestigiar y deslegitimar cualquier política del Estado propagando falsedades, Torra ha conseguido convertirse en una amenaza incluso para sus socios haciendo que la autodeterminación de Cataluña quede fuera de cualquier agenda política.
El Ejecutivo, desbordado y desnortado por la crisis del COVID-19, se resiste a adoptar medidas tributarias que alivien a los contribuyentes individuales, autónomos y empresas que se han quedado sin ingresos para pagar impuestos y cotizaciones sociales. Carente de rigor técnico o de sensibilidad, en la avalancha legislativa de los últimos días, más allá de aplazamientos, no dice nada de reducciones impositivas, lo que denota un interés publicitario más que la búsqueda de efectividad. En un panorama que apunta a la desolación, o el Gobierno rectifica rápidamente, aparca prejuicios ideológicos y aprueba nuevas medidas, o el infierno fiscal acabará por consumir buena parte de nuestra economía.
La undécima edición del Observatorio Económico FAES se celebró en el Colegio Mayor San Pablo CEU, de Madrid, el pasado 7 de noviembre de 2007. Juan Velarde, premio Príncipe de Asturias y presidente del Observatorio, efectuó un balance de la actividad de análisis de la economía española realizada por el Observatorio en sus treinta meses de vida. Luis de Guindos, presidente de Lehman Brothers para España y Portugal, habló sobre las perspectivas económicas mundiales. Fernando Fernández, Rector de la Universidad Antonio de Nebrija, analizó la economía española y sus perspectivas para 2008, año en el que pronosticó un crecimiento económico no superior al 2,7%. Joaquín Trigo, Director Ejecutivo de Fomento del Trabajo Nacional, explicó la situación y perspectivas de empresas y familias. Al inicio de la sesión, Jaime García-Legaz, Secretario General de FAES, cedió el testigo como secretario del Observatorio a Fernando Navarrete, nuevo Director de Economía y Políticas Públicas de la Fundación.
El Impuesto sobre el Patrimonio es una figura impositiva obsoleta, desterrada de los sistemas tributarios del mundo desarrollado, pero que subsiste anacrónicamente en España. Este impuesto desincentiva el ahorro al imponer una doble tributación a las rentas ahorradas. Quien obtiene una renta paga el IRPF; si ahorra una parte de la renta, esta renta ahorrada tributa de nuevo cada año a través del Impuesto sobre el Patrimonio. El desincentivo a ahorrar es evidente y preocupante en un país con un déficit de ahorro neto del 10% del PIB. El Impuesto sobre el Patrimonio es también contrario a la equidad, porque recae esencialmente sobre los ciudadanos de rentas medias. Los titulares de grandes patrimonios disponen de instrumentos legales que permiten eludir el Impuesto sobre el Patrimonio, instrumentos que han sido además incentivados fiscalmente por el actual Ejecutivo. Finalmente, el impuesto es contrario a la eficiencia: castiga el fruto del esfuerzo laboral y empresarial, haciendo menos atractivo trabajar, ahorrar y asumir riesgos. La pervivencia en España del Impuesto sobre el Patrimonio, que se introdujo en el año 1977 con carácter excepcional y transitorio como mecanismo de control para el IRPF, es ya una anomalía entre los sistemas fiscales europeos. El creciente consenso académico, político y ciudadano acerca de la conveniencia de su eliminación y los primeros pasos dados por la Comunidad de Madrid en este sentido abren la puerta a su pronta eliminación en toda España.
04.27.2020. Crear una renta mínima requiere una reflexión previa y rigurosa, un diseño técnico que genere seguridad y un amplio consenso político que garantice su permanencia. No se entiende la urgencia de aprobar un mecanismo permanente y estructural cuando podemos aunar solidaridad y prudencia. Sería más sencillo y eficaz consensuar inmediatamente un mecanismo temporal y crear un fondo contra la pobreza para sostener las rentas de los más damnificados por la crisis con una duración estipulada de un año. Las ayudas serían asistenciales y con una condicionalidad baja. Y se ligaría su percepción a una serie de objetivos.
04.06.2020. Desde el día 7 de marzo el Gobierno ha aprobado cuatro normas para responder al impacto económico del COVID-19. A pesar de esta avalancha legislativa, expresión de un Gobierno desbordado y desnortado, llama poderosamente la atención su resistencia a adoptar las medidas tributarias que la situación exige. Ni ajustes en favor de autónomos, ni de empresas, ni de contribuyentes individuales. El panorama apunta a la desolación. O el ejecutivo rectifica rápidamente y aprueba nuevas medidas o el infierno fiscal acabará por consumir buena parte de nuestra economía.
04.03.2020. La estrategia de Joaquim Torra ante la crisis del COVID-19 ha evidenciado el carácter desleal, insolidario, etnicista e irresponsable del independentismo catalán, al que el presidente de la Generalitat ha dejado sin relato ni mensaje. Con una campaña mediática para desprestigiar y deslegitimar cualquier política del Estado propagando falsedades, Torra ha conseguido convertirse en una amenaza incluso para sus socios haciendo que la autodeterminación de Cataluña quede fuera de cualquier agenda política.
03.19.2020. El Ejecutivo, desbordado y desnortado por la crisis del COVID-19, se resiste a adoptar medidas tributarias que alivien a los contribuyentes individuales, autónomos y empresas que se han quedado sin ingresos para pagar impuestos y cotizaciones sociales. Carente de rigor técnico o de sensibilidad, en la avalancha legislativa de los últimos días, más allá de aplazamientos, no dice nada de reducciones impositivas, lo que denota un interés publicitario más que la búsqueda de efectividad. En un panorama que apunta a la desolación, o el Gobierno rectifica rápidamente, aparca prejuicios ideológicos y aprueba nuevas medidas, o el infierno fiscal acabará por consumir buena parte de nuestra economía.

12.05.2007. La undécima edición del Observatorio Económico FAES se celebró en el Colegio Mayor San Pablo CEU, de Madrid, el pasado 7 de noviembre de 2007. Juan Velarde, premio Príncipe de Asturias y presidente del Observatorio, efectuó un balance de la actividad de análisis de la economía española realizada por el Observatorio en sus treinta meses de vida. Luis de Guindos, presidente de Lehman Brothers para España y Portugal, habló sobre las perspectivas económicas mundiales. Fernando Fernández, Rector de la Universidad Antonio de Nebrija, analizó la economía española y sus perspectivas para 2008, año en el que pronosticó un crecimiento económico no superior al 2,7%. Joaquín Trigo, Director Ejecutivo de Fomento del Trabajo Nacional, explicó la situación y perspectivas de empre...

12.01.2007. El Impuesto sobre el Patrimonio es una figura impositiva obsoleta, desterrada de los sistemas tributarios del mundo desarrollado, pero que subsiste anacrónicamente en España. Este impuesto desincentiva el ahorro al imponer una doble tributación a las rentas ahorradas. Quien obtiene una renta paga el IRPF; si ahorra una parte de la renta, esta renta ahorrada tributa de nuevo cada año a través del Impuesto sobre el Patrimonio. El desincentivo a ahorrar es evidente y preocupante en un país con un déficit de ahorro neto del 10% del PIB. El Impuesto sobre el Patrimonio es también contrario a la equidad, porque recae esencialmente sobre los ciudadanos de rentas medias. Los titulares de grandes patrimonios disponen de instrumentos legales que permiten eludir el Impuesto sobre el Patrim...