Esencialmente importa salvar vidas, pero después vendrá el gravísimo impacto del coronavirus sobre la economía y, a no tardar, otras consecuencias de orden político, cultural y social que todavía somos incapaces de anticipar con precisión. El coronavirus se fortalece como un agente de transformaciones radicales en el mundo. Si nos fijamos en España, es evidente que poco quedará de esa agenda compartida por el PSOE con la izquierda radical populista de Podemos. Tendremos que pensar con mucha más prudencia a qué dedicamos el dinero público, qué causas abrazamos, en qué debates nos adentramos y en qué políticos podemos confiar.
La información sobre el COVID-19 está infectada por la desinformación. A nivel global encontramos la teoría de que se trata de una arma biológica introducida en China por militares estadounidenses como un acto de sabotaje para ganar la guerra comercial. Su objetivo sería mejorar la imagen internacional de China y socavar la de EE. UU. A nivel nacional la carta que Joaquim Torra ha dirigido a la UE cuestionando la gestión del gobierno de España y sus declaraciones a la televisión británica BBC constituyen sendas desinformaciones oportunistas para socavar la imagen de nuestro país en el exterior.
El Gobierno presidido por Pedro Sánchez no es progresista, ni es progreso lo que puede esperar España de él. Lo apoyan los que han protagonizado las agresiones más graves a nuestro sistema democrático. El PP debe desempeñar un papel de liderazgo en la oposición y construir una propuesta social y política renovada y atractiva.
La única anomalía reside en un independentismo catalán que se caracteriza por la deslealtad institucional y constitucional y por el incumplimiento sistemático de la legalidad democrática. Y quien se encuentra en prisión lo está –la Justicia dirá la última palabra– como consecuencia de sus actos anómalos. Ilegales y antidemocráticos.
Fake news, posverdad y desinformación implican una distorsión de la realidad. Cuando detrás de una ‘noticia falsa’ hay una estrategia para socavar la capacidad de respuesta del enemigo, hay desinformación. Internet y las redes sociales han democratizado la información, pero se han convertido en la tubería por donde circula la manipulación. Su influencia en los procesos democráticos sitúa el debate en la necesidad de legislar sobre ciberseguridad y apelar a la responsabilidad individual.
Zapatero firmó la Declaración final de la cumbre sobre los mercados financieros en la que, pese a la desinformación y confusión vertidas por el Gobierno, se afirma que las "reformas únicamente tendrán el éxito si están firmemente fundamentadas sobre un firme compromiso con los principios del libre mercado, incluyendo el imperio de la ley, el respeto por la propiedad privada, el comercio y las inversiones libres en los mercados competitivos y se apoyan sobre unos sistemas financieros eficientes y eficazmente regulados".
30.03.2020. Esencialmente importa salvar vidas, pero después vendrá el gravísimo impacto del coronavirus sobre la economía y, a no tardar, otras consecuencias de orden político, cultural y social que todavía somos incapaces de anticipar con precisión. El coronavirus se fortalece como un agente de transformaciones radicales en el mundo. Si nos fijamos en España, es evidente que poco quedará de esa agenda compartida por el PSOE con la izquierda radical populista de Podemos. Tendremos que pensar con mucha más prudencia a qué dedicamos el dinero público, qué causas abrazamos, en qué debates nos adentramos y en qué políticos podemos confiar.
26.03.2020. La información sobre el COVID-19 está infectada por la desinformación. A nivel global encontramos la teoría de que se trata de una arma biológica introducida en China por militares estadounidenses como un acto de sabotaje para ganar la guerra comercial. Su objetivo sería mejorar la imagen internacional de China y socavar la de EE. UU. A nivel nacional la carta que Joaquim Torra ha dirigido a la UE cuestionando la gestión del gobierno de España y sus declaraciones a la televisión británica BBC constituyen sendas desinformaciones oportunistas para socavar la imagen de nuestro país en el exterior.
14.01.2020. El Gobierno presidido por Pedro Sánchez no es progresista, ni es progreso lo que puede esperar España de él. Lo apoyan los que han protagonizado las agresiones más graves a nuestro sistema democrático. El PP debe desempeñar un papel de liderazgo en la oposición y construir una propuesta social y política renovada y atractiva.
13.06.2019. La única anomalía reside en un independentismo catalán que se caracteriza por la deslealtad institucional y constitucional y por el incumplimiento sistemático de la legalidad democrática. Y quien se encuentra en prisión lo está –la Justicia dirá la última palabra– como consecuencia de sus actos anómalos. Ilegales y antidemocráticos.
10.05.2018. Fake news, posverdad y desinformación implican una distorsión de la realidad. Cuando detrás de una ‘noticia falsa’ hay una estrategia para socavar la capacidad de respuesta del enemigo, hay desinformación. Internet y las redes sociales han democratizado la información, pero se han convertido en la tubería por donde circula la manipulación. Su influencia en los procesos democráticos sitúa el debate en la necesidad de legislar sobre ciberseguridad y apelar a la responsabilidad individual.

01.11.2008. Zapatero firmó la Declaración final de la cumbre sobre los mercados financieros en la que, pese a la desinformación y confusión vertidas por el Gobierno, se afirma que las "reformas únicamente tendrán el éxito si están firmemente fundamentadas sobre un firme compromiso con los principios del libre mercado, incluyendo el imperio de la ley, el respeto por la propiedad privada, el comercio y las inversiones libres en los mercados competitivos y se apoyan sobre unos sistemas financieros eficientes y eficazmente regulados".