Después de tres meses bajo un estricto estado de alarma, la pretendida nueva normalidad sigue siendo un enunciado que no puede ocultar la gran incertidumbre con la que la mayoría de los ciudadanos contemplan el futuro inmediato. Incertidumbre por la evolución de la situación sanitaria sobre la que los propios científicos mantienen opiniones contrapuestas. Incertidumbre sobre la profundidad y persistencia del devastador impacto económico que ha provocado la pandemia y su traducción en el empleo. Incertidumbre, por último, ante el negativo rendimiento de una coalición de Gobierno apoyada en la mayoría que invistió como presidente a Pedro Sánchez y que este, al mismo tiempo que insiste en la buena salud de Frankenstein, tiene que dejar a un lado cuando se trata de gobernar.
Para asegurar el acceso a la vivienda en el largo plazo, es necesario aumentar el poder adquisitivo real de los hogares, que en los últimos años se ha visto mermado por la acuciante presión fiscal y el débil crecimiento de los salarios. La solución pasa por reducir los impuestos al trabajo y aumentar la productividad laboral.
La reunión empresarial convocada por la CEOE es una iniciativa oportuna y necesaria. España se enfrenta a una crisis económica fulminante con una dramática repercusión sobre el empleo y la cohesión social y lo hace con un marco institucional deteriorado y un Gobierno que reúne todas las contradicciones posibles en su precariedad parlamentaria, y se muestra una y otra vez incapaz, por voluntad propia, de articular los acuerdos necesarios que dejen al margen los radicalismos, las recetas populistas y neutralicen en vez de fortalecer las presiones disgregadoras que sufre nuestro país. Es alentador que el sector privado en el que se encuentran proyectos empresariales de éxito global haga visible este paso al frente y afirme su compromiso con el futuro. Deja a un lado la constante...
El Gobierno ha reaccionado tarde y mal y también ha reabierto tarde y mal. Ahora que el daño ya está hecho, es importante mover ficha para desarrollar una agenda de política económica capaz de relanzar el crecimiento y minimizar los costes sociales de la crisis. La mejora del entorno normativo en el que se mueven las empresas y los trabajadores parece una fórmula más necesaria que nunca.
El Estado de bienestar es una gran estructura de solidaridad de los que tienen trabajo hacia quienes no lo tienen, de los que tienen más ingresos hacia los que tienen menos, de los que se encuentran sanos hacia los que necesitan recuperar la salud, y de las generaciones presentes hacia las futuras. Para asegurarlo, la solidaridad se tiene que ejercer sobre una economía que pueda financiar sus prestaciones mediante el crecimiento y el empleo. Por eso, el Estado de bienestar solo se da en economías de mercado, abiertas y basadas en la iniciativa empresarial. No existe Estado de bienestar en las economías de la privación y la miseria soñadas por la extrema izquierda populista y predicadas por esta como sus modelos. Es en este contexto en el que tiene que valorarse la introducción...
En los últimos doce años ha habido en España dos modelos de política presupuestaria. Entre 1996 y 2004, con los Gobiernos del Partido Popular, el déficit público se eliminó ?se pasó de un saldo negativo del 6,6% del PIB al equilibrio presupuestario? y el gasto público se redujo del 43,2% de PIB al 38,9%, y se aumentó así el espacio de la iniciativa privada creadora de empleo. Austeridad, control del gasto, un marco legal de estabilidad presupuestaria y reformas tributarias y estructurales hicieron posible la entrada en el euro, la bajada de los tipos de interés y un crecimiento y una creación de empleo sin precedentes. La política económica y presupuestaria del Gobierno Zapatero, por el contrario, se ha caracterizado por la inercia y la complacencia. En estos años se han relajado las normas de la Ley de estabilidad presupuestaria, se ha renunciado a la política de reformas estructurales, el gasto ha crecido sistemáticamente por encima del crecimiento de nuestra economía y se ha incrementado la presión fiscal. Los Presupuestos para 2009 eran la ocasión para la rectificación y ésta no ha llegado. Las consecuencias las sufrimos y sufriremos todos los españoles.
“La peor previsión de paro será siempre mejor que la mejor que tuvo el PP”. La falsa premonición es de José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno. La anunció el pasado mes de abril, ante el Comité Federal de su partido. Su desafortunado papel de oráculo ha chocado, una vez más, con la realidad de los datos, utilice los que utilice. Le desmiente el número total de parados, le desmiente la tasa de desempleo. Y, lo que es más grave, le desmiente la fortísima subida del desempleo que hemos visto en los últimos meses: la evolución del paro ha sido históricamente mala, incluso mucho peor que en la crisis de 1993.
El 10 de julio de 2008 tuvo lugar el XIII Observatorio Económico FAES en el seno del curso “Políticas Económicas en Tiempos de Crisis” del Campus FAES 2008. En esta edición Alberto Recarte, José Luis Feito, Fernando Fernández, Luis de Guindos y Joaquín Trigo abordaron la situación económica nacional e internacional y presentaron las líneas de reforma imprescindibles para que España pueda volver a una senda de fuerte crecimiento y creación de empleo, tras lo que se espera que sea una crisis económica larga y profunda por la falta de previsión en la política económica.
El cáncer inflacionista que la política económica de Zapatero y Solbes han alimentado en los últimos años ha producido una grave pérdida de competitividad de la producción española. Ahora, con la grave crisis que afronta la economía española, la inflación se va a traducir en menor crecimiento y menor empleo. En España, la causa principal de la inflación excesiva no es el choque de oferta petrolífero, sino la política económica del Gobierno socialista: la política presupuestaria, demasiado expansiva durante las últimos cuatro años en el actual contexto monetario de la eurozona, y la ausencia de reformas estructurales, que limita el crecimiento potencial de la economía española.
El ministro Solbes se atrevió a afirmar hace pocos días que “en 2004, la despensa no sólo estaba vacía, sino que además no se había pagado la última compra”. Se permite esta afirmación quien en su biografía jamás podrá borrar haber dejado como herencia, en 1996, una “despensa” con una tasa de paro del 22,8%, el sistema de pensiones en suspensión de pagos, tipos de interés hipotecarios del 11,15%, un déficit público del 6,6% del PIB, una Deuda pública del 64% del PIB, dos devaluaciones de la moneda nacional y ninguno de los criterios de convergencia cumplidos. Tampoco podrá borrar de su currículum su lamentable intervencionismo económico desde 2004 en episodios de tanto descrédito institucional para España como la OPA a Endesa, su incremento de la presión fiscal en 2 puntos del PIB, el crecimiento de un 40% del gasto público, la elevación del déficit exterior al 10% del PIB, el recorte de la libertad de comercio, el recorte en el poder adquisitivo de los salarios de los trabajadores o el fin de la convergencia y el inicio de la divergencia económica con Europa, “logros” todos ellos cosechados en el período en el que él ha sido ministro de Economía y Hacienda. Él heredó en 2004, sin embargo, una economía integrada en el euro, con 5 millones de nuevos empleos, una tasa de inflación del 2,2%, superávit presupuestario, un Fondo de reserva de la Seguridad Social de más de quince mil millones de euros, una ratio Deuda pública muy reducida, triple A en la calificación de la Deuda del Estado y tipos de interés hipotecarios del 3,39%.
09.07.2020. Después de tres meses bajo un estricto estado de alarma, la pretendida nueva normalidad sigue siendo un enunciado que no puede ocultar la gran incertidumbre con la que la mayoría de los ciudadanos contemplan el futuro inmediato. Incertidumbre por la evolución de la situación sanitaria sobre la que los propios científicos mantienen opiniones contrapuestas. Incertidumbre sobre la profundidad y persistencia del devastador impacto económico que ha provocado la pandemia y su traducción en el empleo. Incertidumbre, por último, ante el negativo rendimiento de una coalición de Gobierno apoyada en la mayoría que invistió como presidente a Pedro Sánchez y que este, al mismo tiempo que insiste en la buena salud de Frankenstein, tiene que dejar a un lado cuando se trata de gobernar.
19.06.2020. Para asegurar el acceso a la vivienda en el largo plazo, es necesario aumentar el poder adquisitivo real de los hogares, que en los últimos años se ha visto mermado por la acuciante presión fiscal y el débil crecimiento de los salarios. La solución pasa por reducir los impuestos al trabajo y aumentar la productividad laboral.
15.06.2020. La reunión empresarial convocada por la CEOE es una iniciativa oportuna y necesaria. España se enfrenta a una crisis económica fulminante con una dramática repercusión sobre el empleo y la cohesión social y lo hace con un marco institucional deteriorado y un Gobierno que reúne todas las contradicciones posibles en su precariedad parlamentaria, y se muestra una y otra vez incapaz, por voluntad propia, de articular los acuerdos necesarios que dejen al margen los radicalismos, las recetas populistas y neutralicen en vez de fortalecer las presiones disgregadoras que sufre nuestro país. Es alentador que el sector privado en el que se encuentran proyectos empresariales de éxito global haga visible este paso al frente y afirme su compromiso con el futuro. Deja a un lado la constante...
04.06.2020. El Gobierno ha reaccionado tarde y mal y también ha reabierto tarde y mal. Ahora que el daño ya está hecho, es importante mover ficha para desarrollar una agenda de política económica capaz de relanzar el crecimiento y minimizar los costes sociales de la crisis. La mejora del entorno normativo en el que se mueven las empresas y los trabajadores parece una fórmula más necesaria que nunca.
01.06.2020. El Estado de bienestar es una gran estructura de solidaridad de los que tienen trabajo hacia quienes no lo tienen, de los que tienen más ingresos hacia los que tienen menos, de los que se encuentran sanos hacia los que necesitan recuperar la salud, y de las generaciones presentes hacia las futuras. Para asegurarlo, la solidaridad se tiene que ejercer sobre una economía que pueda financiar sus prestaciones mediante el crecimiento y el empleo. Por eso, el Estado de bienestar solo se da en economías de mercado, abiertas y basadas en la iniciativa empresarial. No existe Estado de bienestar en las economías de la privación y la miseria soñadas por la extrema izquierda populista y predicadas por esta como sus modelos. Es en este contexto en el que tiene que valorarse la introducción...

01.10.2008. En los últimos doce años ha habido en España dos modelos de política presupuestaria. Entre 1996 y 2004, con los Gobiernos del Partido Popular, el déficit público se eliminó ?se pasó de un saldo negativo del 6,6% del PIB al equilibrio presupuestario? y el gasto público se redujo del 43,2% de PIB al 38,9%, y se aumentó así el espacio de la iniciativa privada creadora de empleo. Austeridad, control del gasto, un marco legal de estabilidad presupuestaria y reformas tributarias y estructurales hicieron posible la entrada en el euro, la bajada de los tipos de interés y un crecimiento y una creación de empleo sin precedentes. La política económica y presupuestaria del Gobierno Zapatero, por el contrario, se ha caracterizado por la inercia y la complacencia. En estos años se han...

01.09.2008. “La peor previsión de paro será siempre mejor que la mejor que tuvo el PP”. La falsa premonición es de José Luis Rodríguez Zapatero, presidente del Gobierno. La anunció el pasado mes de abril, ante el Comité Federal de su partido. Su desafortunado papel de oráculo ha chocado, una vez más, con la realidad de los datos, utilice los que utilice. Le desmiente el número total de parados, le desmiente la tasa de desempleo. Y, lo que es más grave, le desmiente la fortísima subida del desempleo que hemos visto en los últimos meses: la evolución del paro ha sido históricamente mala, incluso mucho peor que en la crisis de 1993.

31.07.2008. El 10 de julio de 2008 tuvo lugar el XIII Observatorio Económico FAES en el seno del curso “Políticas Económicas en Tiempos de Crisis” del Campus FAES 2008. En esta edición Alberto Recarte, José Luis Feito, Fernando Fernández, Luis de Guindos y Joaquín Trigo abordaron la situación económica nacional e internacional y presentaron las líneas de reforma imprescindibles para que España pueda volver a una senda de fuerte crecimiento y creación de empleo, tras lo que se espera que sea una crisis económica larga y profunda por la falta de previsión en la política económica.

01.07.2008. El cáncer inflacionista que la política económica de Zapatero y Solbes han alimentado en los últimos años ha producido una grave pérdida de competitividad de la producción española. Ahora, con la grave crisis que afronta la economía española, la inflación se va a traducir en menor crecimiento y menor empleo. En España, la causa principal de la inflación excesiva no es el choque de oferta petrolífero, sino la política económica del Gobierno socialista: la política presupuestaria, demasiado expansiva durante las últimos cuatro años en el actual contexto monetario de la eurozona, y la ausencia de reformas estructurales, que limita el crecimiento potencial de la economía española.

01.10.2007. El ministro Solbes se atrevió a afirmar hace pocos días que “en 2004, la despensa no sólo estaba vacía, sino que además no se había pagado la última compra”. Se permite esta afirmación quien en su biografía jamás podrá borrar haber dejado como herencia, en 1996, una “despensa” con una tasa de paro del 22,8%, el sistema de pensiones en suspensión de pagos, tipos de interés hipotecarios del 11,15%, un déficit público del 6,6% del PIB, una Deuda pública del 64% del PIB, dos devaluaciones de la moneda nacional y ninguno de los criterios de convergencia cumplidos. Tampoco podrá borrar de su currículum su lamentable intervencionismo económico desde 2004 en episodios de tanto descrédito institucional para España como la OPA a Endesa, su incremento de la presión fiscal en ...