Idioma-grey

HISTORIA DEL PENSAMIENTO POLÍTICO | Michel de Montaigne

En esta nueva edición del podcast Historia del Pensamiento Político, los participantes exploran la figura de Michel de Montaigne desde una perspectiva poco habitual: su disposición política. Aunque Montaigne es conocido por haber inventado el género del ensayo y por su profunda introspección personal, el enfoque propuesto busca destacar su actitud política en un contexto convulso como las guerras de religión en Francia. A pesar de su retiro voluntario, como dice la inscripción en su torre: “hastiado ya hace tiempo de la esclavitud del palacio y de las tareas públicas… ha consagrado esta sede y este dulce escondrijo… a su libertad, a su tranquilidad y a su ocio”, Montaigne no está del todo ajeno a lo público, y es allí donde su aparente alejamiento se convierte en una postura política en sí misma.

A lo largo de la conversación, se insiste en que Montaigne no ofrece una teoría política sistemática, sino una “actitud” ante la política basada en el escepticismo, el individualismo y la tolerancia. Rivero señala que su mensaje es “una reconciliación con lo que es más humano”, y que la conversación —tema de uno de sus ensayos preferidos— simboliza ese reconocimiento de la diferencia y la imposibilidad de una verdad única. Esta disposición lo convierte en un “pluralista” y un precursor de una política moderada, alejada de los dogmatismos y las utopías violentas. Como el propio Montaigne advertía: “estas grandes y largas disputas acerca de la mejor forma de la sociedad… son disputas propias… para el ejercicio de nuestra mente”, reconociendo los límites de la razón y la imposibilidad de reconstruir la sociedad desde cero sin romperlo todo.

Finalmente, la conversación subraya el carácter profundamente humano y contradictorio de Montaigne, alguien que aborrece el dogmatismo pero asume deberes cuando se le exigen, como demuestra su etapa como alcalde de Burdeos. Aunque describe esta función como una carga impuesta por obediencia al rey, la cumple con responsabilidad. Su vida también refleja tensiones familiares, sociales y religiosas, pues “su madre era judeoconversa y sus hermanas hugonotas”, lo cual da cuenta de un pluralismo vivido. Para Rivero, Montaigne representa una forma de escepticismo político profundamente moderna: “una política del escepticismo frente a la política de la fe”, que invita a aceptar la vida como es, con sus imperfecciones, y a valorar el conocimiento de la diferencia como base de la convivencia.