Anotaciones FAES 63
El mismo día en que Bildu facilita la maniobra socialista de retrasar hasta julio la comparecencia de Sánchez en el Congreso, el “capitán Teflón” reincide en su manía epistolar. Esta vez la carta se dirige a los afiliados socialistas –a quienes insulta, presumiéndoles un cretinismo congénito– para decirles, entre otras inepcias, que el PP está en “una deriva de odio” y que “legitima la violencia”.
En la situación de Sánchez, pringado hasta el cuello, hacer gorgoritos con la porquería ya sería suficientemente ofensivo. Pero la catadura moral del personaje siempre le lleva más lejos. De las excusas inverosímiles y los pucheritos ridículos ha querido pasar al insulto imperdonable. El tipo que ha construido su presidencia desde la sumisión más abyecta a los odiadores de todo lo español (menos la nómina) no está en condiciones de cruzar determinados límites sin la réplica que merece.
El lacayo de quienes llaman “bestias taradas” a los castellanohablantes y de los que honran en sus calles y en sus listas a asesinos de españoles por el mero hecho de serlo, tiene muy cerca compañías que hacen del odio y de la legitimación de la violencia los pilares de su programa político; ese que Sánchez viene impulsando para darles satisfacción; ese con el que ahora le apremian unos sediciosos invitados a Moncloa para fotografiarse poniendo cara de severidad; el mismo programa “plurinacional” que Otegi le recuerda en una radio, o Rufián en un pasillo. En el albañal en que el PSOE ha convertido la política española, las únicas cartas que cuentan son las que se ponen boca arriba. Vamos conociendo unas cuantas. La “legitimación de la violencia” en España tiene copyright; en esta materia, además, nada como el conocimiento experto: las comunicaciones Cerdán–Bildu por Signal valen mucho más que ninguna epístola a los adefesios.