Anotaciones FAES 71
Estos días conviene repasar Sentimentalismo tóxico, el libro de Theodore Dalrymple, uno de los comentaristas más incisivos de nuestro tiempo. Es un buen diagnóstico de una patología que asfixia la vida pública. Dalrymple demuestra cómo determinadas exhibiciones de buenos sentimientos hacia causas encomiables acaban consiguiendo todo lo contrario de lo que invocan; y no por casualidad, sino porque el sentimentalismo mina el sentido de la responsabilidad, debilita las relaciones humanas y en realidad está muy cerca de la agresión y la violencia.
El episodio de la flotilla invita a reflexionar sobre cómo el narcisismo de cierta izquierda compromete las causas con las que se disfraza. Veamos: sin aval parlamentario, el Gobierno dispone por sí y ante sí el envío de un buque de la Armada para escoltar una “flotilla” de activistas, cómplices algunos y tontos útiles los más, de una organización terrorista tan implacable y poco dada a las “causas interseccionales” de los embarcados como Hamás. Hemos visto a toda la izquierda pacifista delirando por medidas que, de ponerse en práctica, supondrían una virtual declaración de guerra a Israel. Entre mensajes de propaganda presuntamente humanitaria y apelaciones al belicismo antijudío más tronado, un Gobierno a la gresca que debate si violar o no una Zona de Exclusión en un conflicto bélico en curso (¡!) baila el agua a unos irresponsables –entre frívolos y cómplices del yihadismo– mientras desafía a un país del que, en buena medida, dependen nuestras capacidades defensivas; comprometiendo así la seguridad colectiva de todos los españoles. Este es el saldo final de la Armada inservible, porque desde el principio estaba claro que la llegada de la “ayuda” no era un propósito que los embarcados se tomasen mínimamente en serio.
En contraste con ese humanitarismo postizo, ahí está el proceder de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que pronto supo ver de qué iba la cosa y cómo esta iniciativa y otras similares «poco tienen que ver con la cuestión palestina y mucho con los asuntos italianos». Nos suena. Por lo demás, Meloni acredita ya una eficacia muy superior en solidaridad humanitaria que la demostrada por ciertas lobas de mar. Su Gobierno ha llevado a cabo dos operaciones de evacuación en Gaza, rescatando a 152 palestinos que han sido llevados a Italia, primer país occidental y europeo en intervenir por razones humanitarias en la zona.
Meloni: 152 – Ada&Greta: 0.