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Editorial FAES | El 7 de octubre

El pleno del Congreso votará hoy, 7 de octubre, la convalidación del real decreto ley sobre el embargo de armas a Israel, una medida aprobada por el Consejo de ministros el pasado día 23 y que ya tuvimos aquí oportunidad de anotar[1]. La elección de la fecha para celebrar este debate no puede ser más desafortunada. Porque hoy se cumple el segundo aniversario del mayor pogromo, la mayor matanza de judíos en la historia reciente desde el Holocausto.

Aquel 7 de octubre de 2023, en apenas unas horas, más de 1200 personas fueron masacradas salvajemente y 251 secuestradas como rehenes para ser enterradas vivas en los túneles de Gaza por la milicia terrorista financiada por Irán que controla –que sojuzga– Gaza: Hamás. No fueron “víctimas colaterales” de un bombardeo, no recibieron ningún aviso previo de que iban a ser atacadas por estar ocupando una posición estratégica; fueron cazadas como animales por el hecho de ser lo que eran; las mujeres violadas, vejadas, descoyuntadas y rematadas en directo, los bebés asesinados delante de sus padres, no fueron víctimas de una represalia violenta, sino de una acción terrorista de intención –esta sí– genocida, vesánica y perversa; filmada, editada y distribuida como propaganda por los mismos que la perpetraron. Se buscó, con aquella hecatombe,dinamitar la esperanza de normalización que habían supuesto los Acuerdos de Abraham yprovocar una respuesta de consecuencias hiperbólicas, dada la reducida superficie de una ciudad habitada por algo más de 2 millones de personas, usadas como escudos humanos por un ejército enterrado en galerías subterráneas.

En aquel 7 de octubre de 2023 el mundo fue testigo de una barbarie que no era expresión de ninguna reivindicación territorial, sino de un ánimo resuelto a exterminar al enemigo judío y desestabilizar la región.  Aquí en España, ese mismo día, cuando todavía faltaba mucho para que comenzase la operación militar israelí, cuando todavía estaba fresco el rastro sangriento de la matanza, también fuimos testigos de la bajeza moral de quienes, con sus declaraciones de aquel mismo día, quedaron retratados para siempre.

Hoy no es una fecha que invite a sostener un debate como el agendado en el Congreso. Hoy, una sociedad decente dedicaría sus tribunas públicas a condenar, en toda su dimensión, la masacre del 7 de octubre y el propósito genocida de quienes la ejecutaron; hoy es un día en que resulta obligado manifestar solidaridad con sus víctimas y adquirir el compromiso inequívoco de luchar contra cualquier expresión de antisemitismo. Porque todo lo demás deriva de esto. Toda reflexión ponderada sobre la tragedia, en curso, de Gaza debe partir de lo que la desató: el pogromo del 7 de octubre.


[1] https://fundacionfaes.org/el-embargo-fake/