Alfonso Fernández-Miranda: “El Tribunal Constitucional interpreta el Preámbulo del Estatuto de Cataluña de acuerdo a la tesis de la ineficacia jurídica de los preámbulos. El TC ha dejado clara la ineficacia jurídica del concepto de nación catalana contenido en el Preámbulo. No hay más sujeto político que el pueblo español, único titular de la soberanía. No existe un pueblo catalán como sujeto soberano, el poder de la Generalitat emana de la Constitución”
“El Estatuto parte de la teoría de la desconstitucionalización del Estado por parte de un poder preconstituyente. Parte de una fuente historicista de legitimidad propia. Es anti-ilustrado por su concepción de los derechos históricos y por la interpretación que hace de la nación. Representa un vínculo confederal con España y, como toda confederación, está sujeta a Derecho internacional, mientras que una federación está sujeta a Derecho interno”
“Hemos alcanzado el techo autonómico, ya no podemos quitarle más al Estado salvo que queramos quitarnos al Estado mismo”
“De la sentencia del TC sobre el Estatuto de Cataluña esperábamos la introducción de cierta seguridad jurídica. Sobre los hombros del TC se ha echado una tarea a veces verdaderamente insoportable e injusta. Es muy fácil deslegitimar al TC, y a veces se hace con escasa responsabilidad, sin conciencia sobre hasta qué punto es la clave de bóveda del edificio constitucional destinado a proteger a las minorías”
“El TC puede introducir una cierta seguridad jurídica en el desorden del Estado autonómico, pero no puede establecer lo que sólo puede fijarse mediante el pacto político: el cierre del sistema autonómico por la vía de reforma constitucional o mediante un pacto sobre los estatutos de autonomía”
“La desconfianza generada por el Estatuto no es gratuita y culmina ahora cuando vemos una manifestación bajo el lema: “somos una nación, nosotros decidimos”. Es el mismo lema de Ibarretxe. Pretende la autoafirmación de Cataluña como sujeto político soberano”
“En el Estatuto hay una invasión relativamente progresiva de las competencias del Estado a fuerza de minimizar el contenido de la legislación básica. Este es uno de los puntos esenciales de su inconstitucionalidad”
“El Tribunal Constitucional no merece el reproche de generar inseguridad, es falso e incluso cínico afirmar eso, sobre todo si se hace desde la política. Si alguien ha generado seguridad en este desconcierto del Estado de las autonomías, ése ha sido el TC, sobre cuyos hombros, a falta de pactos políticos, se ha cargado la enorme tarea de construirnos un marco estable de relación institucional en este estado compuesto. La deslegitimación del Tribunal Constitucional es profundamente irresponsable e injusta”
“Que sirva pues la sentencia desde su leal acatamiento para una regeneración del TC. Apelo al pacto político necesario para cerrar el Estado de las autonomías. Este pacto deberá pasar por una reforma de la Constitución. El pacto precisa del acuerdo entre PSOE y PP y, además, entre PSOE y PSC”