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Complicidad mafiosa: la diplomacia del chantaje

Anotaciones FAES 37

Edmundo González Urrutia, denunciando la extorsión a que fue sometido para salir de su país “o atenerse a las consecuencias”, ha destapado lo que podía intuirse y hoy es una sangrante evidencia: que la mafia narcoterrorista que tiraniza Venezuela no se para en barras y tras perpetrar un auténtico golpe de estado electoral está dispuesta a chantajear al anciano líder y presidente electo sometiendo a su firma, bajo amenaza, las condiciones (el silencio) y las garantías (su familia y patrimonio) a cambio de las cuales el chavismo toleraría su exilio en España.

Es tan inaudito como escandaloso que el escenario en que tuvo lugar semejante atropello –documentado con intención difamatoria– haya sido la embajada de España en Caracas. Que se haya albergado en suelo español la operación en que Delcy Rodríguez y su hermano Jorge, –muy ocupado estos días en insultar a España y perseguir personas e intereses españoles– coaccionan a Edmundo González, supera todas las marcas de indignidad a que se nos quiere acostumbrar. Por lo visto, mientras el régimen venezolano secuestra españoles, reprime a la oposición, y extorsiona al presidente electo del país, la “política de mediación” del Gobierno español consiste en prestar su embajada para facilitar el chantaje y disfrazar un exilio inducido de operación humanitaria.

La petición de explicaciones es obligatoria, pero ritual. Se negó toda participación española y ya hemos visto que el servicio exterior puso mesa y mantel para arrancar compromisos bajo presión y luego escoltó a quien, de hecho, se expulsaba del país tras ganar las elecciones.

Estamos ante una canallada que se explica sola. Albares debería dimitir ofreciendo excusas, si conservase todavía un átomo de dignidad. No solo él: la naturaleza de los hechos desprende un acusado aroma familiar; hay un expresidente del Gobierno español tan activo como silencioso operando en la zona, muy habituado a “resolver conflictos” compadreando con criminales. Algunos no pierden oportunidad cuando se trata de arrastrar el nombre de España.