La Democracia después del Populismo es el título del libro que se ha presentado en este nuevo Diálogos FAES, donde los coordinadores de la obra, María Inés Fernández y Javier Redondo, moderados por el coordinador de la Fundación FAES, Vicente de la Quintana, han tratado los principales temas de esta publicación que analiza el impacto del populismo en las democracias actuales, explorando su proceso de mutación y la manera en que ha contaminado las instituciones democráticas. Se destaca cómo el populismo transforma la política en antipolítica, socava la legitimidad de la oposición y construye artificialmente enemigos para cohesionar su discurso. También se discute la retórica populista, su uso de la moralización y la división social, y la crisis de la verdad en la política. A pesar del diagnóstico pesimista, los autores sostienen que las democracias pueden recuperarse mediante el fortalecimiento institucional y la responsabilidad ciudadana.
María Inés Fernández:
«No se trata solo de describir las características de la evolución de regímenes políticos y particularmente del populismo, sino entender cómo funciona este cambio y muy especialmente preguntarnos por sus causas.»
«El populismo divide artificialmente a la sociedad.»
«El populismo transforma los fines del sentido del régimen democrático atacando directamente el prestigio de sus instituciones.»
«En los actores existe la posibilidad de volver a dar a las instituciones el prestigio que merecen.»
Javier Redondo:
«Las democracias ya han sido perforadas, contaminadas, infectadas por el populismo.»
«Nosotros identificamos populismo con antipolítica, porque el populismo es la negación de la política.»
«El populismo consiste en construir al enemigo y esto tiene que ver también con la creación artificial de una polarización en la propia sociedad.»
«Hasta el último día es recuperable, porque la historia no está escrita, porque somos los individuos y los actores los que operamos sobre ella.»
Vicente de la Quintana
«El concepto de populismo ha quedado un poco tambaleante, como el de democracia: se ha convertido en muchas ocasiones en una etiqueta infamante.»
«No se trata de reconocer la disidencia o la divergencia, sino de construirla para tener algo que te cohesione.»
«Vamos a hacer un llamamiento desde aquí para que la democracia se sanee, se institucionalice y el drama acabe bien.»