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El gobierno de los histriones

Anotaciones FAES 12

Cuando se degrada la política al rango de mercadotecnia hipócrita, los gobernantes que lo consienten, y más quienes lo alientan, quedan retratados como histriones, palabra que remite al campo semántico de lo teatral. Pedro Sánchez ha hecho ‘mutis por el foro’ en una tragedia que reclamaba su presencia como presidente del Gobierno. Apenas quiso dedicar unos segundos este fin de semana para referirse al asesinato de dos guardias civiles en Barbate; muertos a manos de unas redes de narcotráfico cada vez más cerca de ganarle al Estado en el control de esa parte del litoral. Por lo visto, las prioridades de Sánchez pasan por galas del cine y campañas electorales antes que por velatorios de servidores del Estado fallecidos en acto de servicio.

En cuanto al ministro del Interior, la escena que se vivió en los funerales del guardia civil David Pérez Carracedo es suficientemente elocuente. Escenario: Pamplona, de donde este Gobierno desaloja a la Guardia Civil en pago de sus enjuagues con Bildu; antagonista: un ministro que restringe chalecos antibalas de la Guardia Civil en Navarra y desmantela unidades de élite en el Campo de Gibraltar; protagonista: una viuda que antepone la dignidad al protocolo. Este Gobierno no da la talla en las tragedias, porque ni las evita ni las acompaña. Su estatura moral apenas alcanza para ocupar, de smoking, un palco en Valladolid y dejar vacía en Barbate la silla a que le llamaba su deber.