Anotaciones 4
Sin un ápice de rectificación, sin la más mínima autocrítica, permitiéndose obscenas chanzas a cuenta de los violadores que han salido de prisión, el Gobierno sigue contando los días que faltan para que se normalice el efecto perverso de la Ley Integral de Libertad Sexual. Es una broma cruel que la ley que está llevando el temor a tantas mujeres víctimas de abusos y agresiones sexuales se presente como una norma para la libertad. El balance de agresores y abusadores beneficiados por esta ley de resultados disparatados sigue subiendo. En cualquier país de la Unión Europea, la ley del ‘sí es sí’ sería un escándalo mayúsculo. La sociedad española y la opinión pública no pueden asistir resignadas a la normalización de semejante negligencia legislativa impulsada por el dogmatismo ideológico de un grupo de activistas. Esto ocurre en un Gobierno que, con su presidente a la cabeza, no deja de jactarse de lo mucho que hacen por las mujeres.
Se refieren al PP hablando de una pretendida “coalición del miedo”, pero el miedo de verdad es el que sienten muchas mujeres estupefactas e indignadas por la escandalosa benevolencia del Gobierno (que se dice a sí mismo progresista) hacia sus agresores.