2019 llega a su fin caracterizado por una desaceleración en las principales zonas económicas del mundo, si bien los indicadores siguen alejando una recesión inminente. En este contexto el caso de España merece especial mención, ensombrecida la cuestión política por la posibilidad de acuerdos entre la izquierda y la extrema izquierda. La preocupación que genera en mercados y agentes la apuesta por el populismo macroeconómico, unida a la situación fiscal y a la insostenibilidad de la deuda pública, llevan al profesor del IE Business School Ignacio Muñoz-Alonso a alertar en este #VideoanálisisFAES de la comprometida situación en la que quedaría España para afrontar la ya evidente desaceleración.
EEUU, Europa y China han moderado su crecimiento, lo que los indicadores económicos señalan continuará varios trimestres.
A pesar de que el panorama es más turbio que hace un año, no se anticipa una recesión en los próximos meses.
Detrás de la desaceleración apunta la incertidumbre geopolítica provocada por la guerra comercial entre EEUU y China y el brexit y el desconocimiento del nuevo marco comercial global.
España | La posibilidad de acuerdos entre la izquierda y la extrema izquierda y la tentación del populismo macroeconómico preocupa en varios frentes.
La comprometida situación fiscal, de la que la Comisión Europea acaba de advertir, y la insostenibilidad de la deuda pública, situada ya en el 100 por cien, nos deja desarmados y limita nuestra capacidad de afrontar la desaceleración, impidiéndonos usar las herramientas de política fiscal contracíclicas.
El populismo macroeconómico tiene también un impacto serio en relaciones con la UE. Lo hemos visto en Italia y Grecia: disputas, tramitación complicada de los Presupuestos e incertidumbre.
Los agentes desconocen la política económica que se va a seguir en España y retrasan decisiones de consumo, inversión y contratación.
Evitar estas situaciones es imprescindible para consolidar la senda de crecimiento en la que España se instaló desde 2014.