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Gracias a Vox

Anotaciones FAES 30

Hay que agradecer a Vox y a su ruptura con el Partido Popular en los gobiernos autonómicos dos cosas muy esclarecedoras. La primera es la confirmación de que para Vox el adversario es el PP. Muchos lo sabíamos, otros lo sospechaban aunque se negaban a creerlo. Ahora Vox  no ha dejado duda. La segunda es la confirmación también de que Vox no quiere ser alternativa al socialismo sanchista porque ni quiere ser testigo de un éxito del PP ni quiere que con Sánchez se vaya su modo de vida. La indignación, la exhibición valentona de cómo ellos sí que arreglarían los problemas de España, el intento permanente y frustrado de ridiculización del primer partido de nuestro país, las jeremíadas a cuenta de la inmigración, el brutalismo de su lenguaje (“machetazos, violaciones…”) todo eso necesita a Sánchez en armoniosa simbiosis con Vox. Vox ha estado allí cada vez que Sánchez los ha necesitado para dar verosimilitud a su discurso del miedo. Sánchez siempre ha estado dispuesto a facilitar a Vox lo que Vox necesitaba para hacer una oposición a que en nada incomoda a Sánchez.

Ahora Vox, convertido en asteroide menor, orbita en torno a Le Pen, Orbán y Trump, el trío que alienta las esperanzas de Putin de salirse con la suya con el objetivo de que se termine llamando paz a la anexión violenta de la quinta parte de Ucrania, además de la ya anexionada Crimea. Pero eso no parece nada comparado con los 7 menores no acompañados que tocaría por provincia. Que Vox se sienta compelido a pujar por el espacio que ha ocupado Alvise ofrece una idea muy exacta de lo que se puede esperar de ese partido. Y además, después de tener que soportar la pretenciosa superioridad moral de la izquierda, hay que soportar con buen humor, la pretensión de superioridad moral tan absoluta, tan autocomplaciente de esta derecha de la derecha revuelta e indefinible.