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Anotaciones FAES 3

En vano se intentará encontrar en la entrevista concedida por Pedro Sánchez al diario El País, el pasado domingo, un gramo de sinceridad, de interés real por rendir cuentas, por explicar en términos mínimamente honestos lo que está haciendo el Gobierno que preside.

Sus respuestas fueron un despliegue de cinismo montado sobre la tendencia a la logorrea que Sánchez ha acreditado. Un contradictorio ejercicio de escamoteo de la verdad.

—“¿Qué es lo que ceden?, pregunta la entrevistadora.

—“Pues lo que está recogido en el Estatuto de Autonomía de Cataluña en materia de política migratoria”.

No, señor Sánchez. Nada de eso es verdad. En el Estatuto catalán no hay mención a la “política migratoria” en la que las comunidades autónomas carecen de competencia. Y no, señor Sánchez, si se tratara sólo de cumplir con lo que dice el estatuto catalán, entonces no haría falta ni transferencia ni delegación alguna al amparo del artículo 150.2 de la Constitución. Si se va a utilizar una ley orgánica de transferencia o delegación es, precisamente, porque esas competencias no las tiene el gobierno autonómico de Cataluña.

—“El acuerdo (delegación de competencias) es transparente, es conocido, usted está opinando de él. En segundo lugar, hay referencias al artículo 150.2 de la Constitución”, añade Sánchez para reforzar su argumento. Y es entonces cuando hay que dejar de leer.