El expresidente del Gobierno y presidente de la Fundación FAES, José María Aznar ha subrayado el deterioro institucional en España y ha advertido de una profunda crisis de gobernanza. “Hay que tener cuidado cuando los bajos fondos de la sociedad ascienden a puestos de responsabilidad. España está en manos de los bajos fondos. El hedor que produce esta situación es insoportable y el daño que producirá será muy grande”, ha asegurado Aznar durante la clausura del ciclo ‘¿Hacia dónde va la relación transatlántica?’, donde ha mantenido una conversación con el director del diario El Mundo, Joaquín Manso, sobre cómo ser atlantista en la actualidad. El acto ha comenzado con unas palabras iniciales de Mira Milosevich, coordinadora del ciclo y miembro del Patronato de la Fundación FAES.
En su opinión, “ para superar esto, o dimiten los bajos fondos, cosa que no parece probable, o hay una moción de censura, cosa que no es posible, o hay unas elecciones”.
El expresidente ha advertido que esta degradación institucional “afecta a todas las instituciones, desde Presidencia del Gobierno hasta la Fiscalía o el sistema de partidos”, y ha alertado de que “recuperar el prestigio de las instituciones será muy difícil”. Frente a esta situación, ha reclamado “cabeza fría, pero tensión vital alerta hasta las elecciones”, señalando que “lo que vemos ahora puede que sea poco para lo que tendremos que ver”.
Aznar ha descartado iniciativas estériles: “No es pertinente presentar una moción de censura; impulsar cosas condenadas al fracaso solo genera más frustración. Hay que decirle a la población cómo están las cosas y qué podemos hacer”. Como salida, ha apelado a la urgencia de una transformación política: “Debemos recuperar la Presidencia del Gobierno e impulsar un programa de recuperación institucional, renovación económica, recuperación de relevancia internacional y transformación industrial”.
También ha cargado contra la política exterior del actual Ejecutivo: “España parece empeñada en declarar la guerra a Israel. No hay que atacar a Israel sino al grupo terrorista que ha atacado a Israel”. Ha advertido que con decisiones así “no tienes una relación de confianza con EE. UU., descuidas tu frontera sur, mantienes posiciones equivocadas en Latinoamérica y tu única política es mentir para que lenguas cooficiales a nivel regional lo sean de la UE”.
Aznar ha destacado que, con el actual diseño presupuestario, España es incapaz de responder a sus compromisos internacionales: “Con el gasto en Sanidad, Pensiones y Educación, el resto (50.000 millones) no es suficiente ni para alcanzar el 2 % en defensa ni para renovar infraestructuras. Sin unos presupuestos muy diferentes, no podremos cumplir con nuestras obligaciones”.
En clave de partido, ha expresado su apoyo a la dirección del Partido Popular: “El liderazgo del PP está muy bien representado. Tenemos un gran líder y los demás debemos ayudarle. El Congreso del PP solo debe poner el foco en cómo solucionar los problemas de los españoles”.
Defensa del orden liberal y crítica al desorden internacional
Desde una perspectiva internacional, Aznar ha defendido el atlantismo como “un pacto político fundamentado en la defensa de las libertades, la pluralidad, la tolerancia y el Estado de derecho”, y ha criticado la actitud de ciertos actores internacionales: “Hoy tenemos un conflicto muy grave con Rusia en el que los Estados de la OTAN ayudan a preservar la soberanía de Ucrania”, advirtiendo que “Rusia, China, Irán y Corea del Norte desafían nuestro orden”.
El expresidente ha reclamado una OTAN fortalecida y ampliada: “Debe convertirse en un reflejo de los Estados que comparten sus valores”. Y ha alertado del debilitamiento de EE. UU.: “La situación del presidente Trump no es expresión de fortaleza sino de debilidad”.
En este marco, Aznar ha exigido claridad estratégica ante los tres grandes desafíos para EE. UU.: Rusia, China e Irán. “Si Trump se pliega ante Rusia, China observará de cerca y tendremos un problema”, ha dicho. “Se debe imposibilitar que Irán continúe enriqueciendo uranio ahora que su anillo de fuego se ha desmoronado”.
Europa: entre la debilidad y la oportunidad
Sobre Europa, el expresidente ha criticado la pérdida de competitividad y liderazgo: “Tenemos barreras que nosotros mismos nos ponemos más allá de lo que nos imponga Trump. Trump no tiene la culpa de muchos problemas de los cuales la UE es responsable”.
Tampoco ha ahorrado críticas hacia la ingenuidad europea frente a China: “China es un competidor y un riesgo estratégico. Todos sus intereses económicos respaldan intereses políticos. Buscar a China ante los aranceles de Trump es infantil”.
Finalmente, ha defendido que acuerdos como Mercosur representan “una gran oportunidad estratégica” y deberían ser parte de una política exterior española más ambiciosa: “Ese debe ser el gran deber de España: extender el libre comercio más allá de la relación transatlántica”.



















