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La guerra de Rusia contra Occidente

Desde la invasión rusa de Ucrania, el pasado 24 de febrero, los objetivos militares del Kremlin han ido cambiando: del derrocamiento del Gobierno de Volodímir Zelenski y la conquista de Kiev en una semana a la anexión de los cuatro territorios –Donbás, Lugansk, Jersón, Zaporiyia– en plena contraofensiva ucraniana. La “operación militar especial” iba a “desnazificar” y “desmilitarizar” Ucrania. Cuando fracasó, sobrevino la “movilización general parcial”. Sin embargo, durante estos más de ocho meses de guerra, el objetivo político del Kremlin no ha cambiado: convertir al país vecino en un Estado fallido y alejarlo de Occidente, de la Unión Europea y, sobre todo, de la Alianza Atlántica. Moscú sigue protestando por la intromisión occidental y la ayuda a Ucrania, pero su objetivo político y estratégico siempre ha sido el mismo.

Con todo, desde su discurso en el Club Valdai, a finales de octubre, Vladímir Putin ha reformulado públicamente las bases de la guerra: ya no se trata solo de desnazificar y desmilitarizar Ucrania, sino de una guerra contra el imperialismo occidental en el territorio ucraniano. Putin ha definido al “Occidente colectivo” como el enemigo principal de Rusia, a la que este intenta imponer su corrupción, decadencia y costumbres seculares. Según Putin, Occidente se ha enredado en un juego “ciertamente peligroso, sangriento y sucio”[1]. Además, afirma, “el período histórico de dominio total de Occidente en los asuntos mundiales está llegando a su fin; el mundo unipolar se está convirtiendo en una cosa del pasado. Estamos ante un giro histórico. Tenemos por delante, probablemente, la década más peligrosa, impredecible y al mismo tiempo importante desde el final de la Segunda Guerra Mundial”[2].

Las palabras de Putin no son novedad. Su definición de Occidente coincide con la Estrategia de Seguridad Nacional de Rusia de 2021[3], que define como uno de los mayores peligros para Rusia “la contaminación” por parte del Occidente decadente. Cuando Putin sitúa esto en el contexto de la guerra en Ucrania, quiere enviar dos mensajes: el primero, dirigido al mundo, que no se trata de una mera invasión del país vecino, la que trató de justificar en su día con lo de que “Rusia no tenía otra opción”, sino de un conflicto (geo)político, cultural y religioso mucho más amplio. Según Putin, Rusia necesita controlar a Ucrania para frenar la influencia del Occidente corrupto y decadente. El segundo mensaje, dirigido a los rusos, es un argumento preventivo ante una eventual derrota de Rusia, porque esta no le sería infligida por Ucrania, sino por todo Occidente. Ser derrotado en Ucrania no sería lo mismo que ser derrotado en una “tercera guerra mundial”.

Tras el discurso de Putin en el Club Valdai, algunas personalidades de su régimen han dicho que Rusia siempre ha estado y está a favor de las negociaciones. La campaña militar rusa contra las infraestructuras civiles y la amenaza retórica sobre el posible uso de las armas nucleares revelan que hay un método en la locura –el uso de la guerra psicológica como una táctica política– y que la guerra, como sostuvo Clausewitz, es la continuación de la política por otros medios. Ahora, el objetivo principal de Putin es presionar a Ucrania y a Occidente para que negocien con él un final condicionado al reconocimiento de la anexión de los territorios orientales de Ucrania como parte de Rusia.

Un acuerdo de paz solo es posible cuando se pone fin a lo que ha causado el conflicto. La causa de la guerra en Ucrania ha sido la agresión rusa. Para Ucrania es inadmisible acordar una cesión de territorios a cambio de la paz. Además, teniendo en cuenta la nueva interpretación que de su criminal invasión ha hecho Putin –que esta guerra es “un juego peligroso, sangriento y sucio” que Occidente juega en Ucrania contra Rusia–, unos acuerdos de paz acaso ahorrarían sufrimientos a los ucranianos, pero no pondrían fin a la guerra de Rusia contra Occidente.


[1] https://es.euronews.com/2022/10/27/putin-el-periodo-de-dominio-total-de-occidente-en-los-asuntos-mundiales-esta-llegando-a-su

[2] Ibidem.

[3] https://fundacionfaes.org/la-estrategia-de-seguridad-nacional-2021-de-rusia-revolucion-y-contrarrevolucion/