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La subida del SMI para 2024 dificulta la contratación

La subida del salario mínimo aprobada por el Gobierno unilateralmente para 2024 supone un elemento añadido de dificultad para la contratación, especialmente, para los trabajadores de baja cualificación y los jóvenes.  De nuevo la medida recae, mayoritariamente, sobre las empresas 4.500 millones de euros anuales que ya no estarán para contratar y para invertir en crecimiento futuro.

Además, el salario mínimo se ha mostrado ineficaz para luchar contra la desigualdad y la pobreza. Sirva como ejemplo que los cuatro países de la Unión Europea que no tienen salario mínimo, entre ellos Dinamarca y Suecia, tienen mejores niveles de desigualdad y pobreza que España, y sirva como ejemplo, que las reiteradas subidas desde el año 2018, hasta un aumento del 54%, no han servido para mejorar los niveles de desigualdad y pobreza en España que siguen siendo de los más altos de la Unión Europea.

Además, el salario mínimo es una herramienta poco inteligente, tiene poco sentido que distintas Comunidades Autónomas y Provincias con salarios medios tan dispares tengan el mismo salario mínimo. Tampoco tiene sentido que distintos sectores económicos, con necesidades tan diversas, tengan el mismo salario mínimo, o que trabajadores con distintos niveles de empleabilidad tengan el mismo salario.  Y, además, existen alternativas a la subida del salario mínimo aprobada por el Gobierno.

Podríamos haber bonificado el 100% de las cotizaciones a la Seguridad Social con cargo al empleado y de esa forma los perceptores del salario mínimo podrían haber obtenido una remuneración mayor a la aprobada por el Gobierno, sin perjudicar las contrataciones por parte de las empresas. En definitiva, existen argumentos de peso para oponerse a la subida del salario mínimo y los problemas complejos del mercado laboral en España requieren algo más que soluciones simplistas para abordarlos.

Miguel Marín es CEO de AEI y responsable del área económica de FAES