En la Fundación FAES nos parece muy bien que el vicepresidente del Gobierno Pablo Iglesias nos lea. Es más, se lo agradecemos mucho. En realidad, sabemos que en el universo conspiranoico de la izquierda populista, FAES ocupa un lugar destacado. Tanto que hasta en Podemos andan empeñados en hacer “una FAES de izquierda”. Lo que no nos parece tan bien es que cuando el vicepresidente Iglesias nos cite, lo haga cambiando radicalmente el sentido de lo que escribimos para redondear –falsamente– un argumento desde la tribuna de oradores del Congreso.
Así, en el debate de la moción de censura, Pablo Iglesias se ha permitido afirmar lo siguiente dirigiéndose a Pablo Casado: “Ser conservador, ser canovista, no es solo un eslogan, implica tener que tomar decisiones políticas, usted tenía que haber parado los pies a José María Aznar”. Y ha añadido: “Por ese proyecto ideológico del aznarismo están ustedes perdidos en la situación estratégica lamentable en la que están”. Para luego continuar: “La FAES de Aznar dijo hace pocos días, y cito literal: ‘El Parlamento no es soberano, sobre todo cuando izquierdas, podemitas y nacionalistas tienen mayoría’. ¿No se dan cuenta que es lo mismo que está diciendo Abascal?”. Y finalmente ha rematado: “La piedra angular, lo fundamental de nuestra democracia, de la que depende incluso la monarquía parlamentaria, son las Cortes, no lo olvide”.
En realidad lo que dice nuestro texto (el cual se puede leer en estas mismas páginas) es lo siguiente: “Si la vicepresidenta del Gobierno cree que el Parlamento es soberano –sobre todo cuando izquierda, podemitas y nacionalistas tienen la mayoría–, no puede extrañar que crean que la independencia judicial es un añadido decorativo en la Constitución, o que el Código Penal se puede convertir en un traje a medida para indultar a sediciosos. Pero no, deberíamos volver a la raíz de la democracia e insistir en que el soberano, el único, es el pueblo español del que emanan todos los poderes del Estado”.
Insistimos, pues, en que el Parlamento no es soberano en nuestro sistema constitucional, cualquiera que sea la mayoría del momento, a diferencia de lo declarado por Carmen Calvo para justificar la iniciativa de reforma del Consejo del Poder Judicial a la que sientan tan mal los aires democráticos europeos. Iglesias no ha querido comprenderlo y ha preferido adornarse con una cita falsa.
