Anotaciones FAES 29
Los ministerios de Exteriores y Defensa han sido desautorizados por Pedro Sánchez tras el apoyo que expresaron a la ampliación de la “operación Atalanta” −promovida por la Unión Europea para proteger el tráfico marítimo en el Cuerno de África contra la piratería−, de modo que se extendiera a la garantía de libertad de navegación en el Mar Rojo. En este escenario, la navegación comercial se encuentra gravemente afectada por las acciones de la facción hutí en el Yemen, aliada de Hamás, y que cuenta con el apoyo de Irán.
De este modo, la misión UE propuesta se habría unido a la operación lanzada por Estados Unidos para mantener abierto el tráfico marítimo en el Mar Rojo que se ha convertido en un nuevo frente de la lucha de Israel contra Hamás y Hizbulá y su patrocinador, Irán.
España no sólo se desdijo de su compromiso inicial, sino que vetó la posibilidad de una misión de la UE, aun sin participación de fuerzas españolas. Fue una llamada del presidente Biden a Sánchez −engañosamente presentada como una llamada de cortesía para felicitarle por su investidura−, lo que hizo desistir al presidente del Gobierno de seguir bloqueando la misión europea. La frustrada participación de España habría requerido destacar hacia la zona a la fragata “Álvaro de Bazán”, un buque moderno adecuado para los retos de la misión. Y entrar en esa misión habría implicado un gesto tangible de apoyo a Israel en su combate existencial contra el terrorismo y el odio aniquilador de Irán.
Temía Sánchez que la misión pudiera llegar a atacar bases hutíes en tierra. Pero, sobre todo, Sánchez ha eludido el debate parlamentario que necesariamente habría tenido que preceder a la incorporación de fuerzas españolas. Se han unido la pulsión antisraelí de Sánchez y el veto de sus socios de coalición de Gobierno. Los hutíes están encantados y lo han hecho saber felicitando a Sánchez por la “negativa de España a dejarse arrastrar por las mentiras americanas y británicas en materia de navegación marítima”. Primero Hamás, luego los hutíes. Sólo queda Irán por felicitar al presidente del Gobierno, pero todo llegará.