Idioma-grey

López Blanco: “La reforma del Estado es fundamental para asentar las bases de la competitividad”

Share on facebook
Share on twitter
Share on email
Share on whatsapp
Share on linkedin

“Una reforma profunda y ambiciosa del Estado solo podrá hacerse de manera sólida si encuentra acomodo constitucional”

El abogado del Estado en excedencia Carlos López Blanco ha participado esta mañana en la primera jornada del Curso de Política del Campus FAES 2013, donde ha asegurado que “una reforma en profundidad del Estado es fundamental para asentar no las bases de la recuperación, sino de la competitividad a largo plazo”. “Los países compiten no solo con sus empresas sino también con el papel que sus Estados juegan en la sociedad y su capacidad de adaptarlos a los retos del siglo XXI”, ha dicho.

López Blanco ha pronunciado una conferencia titulada ‘La reforma del Estado vista desde la sociedad civil’, integrada en el curso que dirige el director de Constitución e Instituciones de FAES, Ignacio Astarloa, y presentada por el presidente de la Comisión de Hacienda y Administraciones Públicas del Congreso de los Diputados, Gabriel Elorriaga.

López Blanco ha explicado que lo que justifica la necesidad de emprender una reforma del Estado no son “las razones habituales que se esgrimen: que tenemos un Estado caro y que la crisis exige su reforma”. “Ninguna lo justifica”, ha dicho, porque “no parece que el sector público sea excesivo” y porque, si bien “la crisis justifica lo que se ha hecho, ajustes a corto plazo del gasto público, sería irresponsable abordar reformas profundas por esta razón”.

A su juicio, “la crisis económica está pasando y lo peor está quedando atrás”. “La sociedad española ha hecho un esfuerzo extraordinario y la España que tenemos hoy es mejor que la que teníamos antes de la crisis”, ha apuntado López Blanco, que ha valorado positivamente la reforma laboral y la del sistema financiero.

EXIGENCIAS DE LA GLOBALIZACIÓN
Para López Blanco las razones verdaderas para emprender la reforma del Estado hay que encontrarlas en las exigencias de la globalización, cuyos retos “no hay que ignorar”. “El mundo global hace necesario la reforma del Estado para evitar un proceso de petrificación de nuestra sociedad y economía”, ha asegurado. “O reinventamos el modelo de sociedad y el modelo del Estado, o si nos empeñamos en el inmovilismo el resultado para nuestro país y las generaciones venideras será mucho peor”, ha dicho.

En relación a la necesidad de una eventual reforma constitucional, López Blanco ha afirmado que “una reforma profunda y ambiciosa del Estado solo podrá hacerse de manera sólida si encuentra acomodo constitucional”. Y ha subrayado que “la reforma constitucional es altamente conveniente para la reforma del Estado, pero no puede ser utilizada como disculpa para no hacerla. Una reforma del Estado puede hacerse sin reformar la Constitución”.

BATERÍA DE RETOS
López Blanco ha enumerado en su intervención una batería de retos a los que, a su juicio, se enfrenta el Estado y que deberían ser corregidos por vía reformista. Entre ellos ha citado “la búsqueda de un Estado razonablemente equilibrado y eficaz”, que “garantice las condiciones básicas para una economía de innovación y competitividad global”, y “una Administración Pública adecuada en su tamaño”.

“La reforma también debe replantear el modelo territorial y de financiación”, ha apuntado. Y ha añadido que “estamos ante una oportunidad única de replantear la financiación autonómica sobre la única base viable: la correspondencia entre ingreso y gasto y el restablecimiento de la responsabilidad fiscal de las comunidades autónomas y los ayuntamientos frente a sus ciudadanos”.

López Blanco ha señalado también la necesidad de que la reforma del Estado aborde el fomento de la transparencia y el reto digital. “Esto último es mucho más que informatizar el Estado, y exige un nuevo modo de relación con los ciudadanos que impone una revolución interna basada en la rapidez y la transparencia”, ha dicho.

Asimismo ha apuntado que “Europa es el marco para cualquier reforma del Estado”. En su opinión, “convertir la UE en un instrumento de dinamismo es necesario”, pero “requiere un nuevo objetivo histórico” y eso “no se puede hacer desde el inmovilismo”.