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Los efectos económicos de la crisis

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Santiago Álvarez García es profesor titular de Hacienda Pública en la Universidad de Oviedo

En un momento en que la economía mundial, y por tanto la española, se está enfrentando a una de las mayores crisis de la historia moderna, resulta incomprensible que el Ministerio de Economía español no haya publicado ninguna previsión oficial sobre los efectos que va a tener sobre nuestro país.

Para cubrir este vacío, además de los estudios realizados por distintos organismos de previsión económica privados, disponemos de los informes publicados la semana pasada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), “Perspectivas de la Economía Mundial” y “Fiscal Monitor”, y del Informe publicado el lunes 20 de abril por el Banco de España, “Escenarios macroeconómicos de referencia para la economía española tras el Covid-19”.

Partiendo de estas publicaciones, podemos realizar una valoración de los efectos previsibles que la crisis causada por el coronavirus va a tener sobre la economía española.

Empleamos la expresión efectos previsibles, ya que ambas instituciones alertan sobre la elevada incertidumbre actualmente existente. Así, el Banco de España destaca que la primera fuente importante de incertidumbre está relacionada con la duración del período de confinamiento, por lo que realiza sus previsiones a partir de una duración hipotética de ocho semanas, en el escenario considerado como más probable, y de doce semanas, en un supuesto alternativo[1].

Por su parte, el FMI alerta de que, en estos momentos, el “pronóstico de crecimiento mundial está sujeto a una extrema incertidumbre. Las secuelas económicas dependen de factores cuyas interacciones son difíciles de predecir, como por ejemplo la trayectoria de la pandemia, la intensidad y eficacia de los esfuerzos de contención, el grado de las perturbaciones en la oferta, las repercusiones del endurecimiento drástico de las condiciones en los mercados financieros mundiales, variaciones de los patrones de gasto, cambios de comportamiento, efectos en la confianza y volatilidad de los precios de las materias primas”[2].

Con los datos disponibles en el momento de realizar el estudio, y el modelo de simulación empleado, el FMI estima que la economía mundial sufrirá este año una brusca contracción, del -3%, mayor que la registrada durante la crisis financiera de los años 2008-2009. El escenario base supone que la pandemia se disipará en el segundo semestre de 2020, pudiendo replegarse gradualmente las medidas de contención, lo que permitirá a la economía mundial crecer un 5,8% en el año 2021[3].

Por su parte, el “Monitor Fiscal”, alerta de las consecuencias presupuestarias de la crisis, que provocarán un gran aumento, tanto de los déficits como de los coeficientes de endeudamiento público, en comparación con proyecciones anteriores realizadas por el propio FMI. En el escenario base utilizado, se prevé una disminución global de los ingresos públicos en el entorno del -2,5% del PIB mundial. A pesar de que el informe entiende que, ante esta situación, es apropiado que se produzca un aumento sustancial de déficit público, alerta de que, en muchos países, la situación presupuestaria de partida es vulnerable, ya que la deuda pública a escala mundial fue del 83% del PIB en 2019[4].

Las previsiones realizadas por el FMI para la economía española consideran que el Producto Interior Bruto (PIB) sufrirá una caída de -8% en el año 2020, experimentando una recuperación de 4,3 puntos porcentuales en el 2021.

La comparación de los datos de España con los de otras economías avanzadas reflejan que solo otros cuatro países de la zona euro –Grecia, Italia, Letonia y Lituania– sufrirán una caída del PIB superior en 2020. A nivel global, las previsiones indican que el conjunto de la zona euro experimentará este año una reducción del PIB del -7,5%, y el bloque de economías avanzadas del -6,1%.

Por su parte, el estudio realizado por el Banco de España, en el que se utilizan distintas metodologías y supuestos sobre la transmisión de la crisis, concluye que, en el escenario menos negativo, el PIB sufrirá en 2020 una contracción de -6,6 puntos porcentuales, suponiendo una duración del confinamiento de 8 semanas, y del -13,3% por ciento en el escenario más desfavorable, en el que se plantea una duración del confinamiento de 12 semanas.

Para el año 2021, las perspectivas de recuperación son mejores que las realizadas por el FMI, al moverse en un rango de crecimiento del PIB entre el 5,5 y el 8,5%, aunque en ningún caso permitirían recuperar el retroceso sufrido en 2020.

Para valorar mejor lo que supone esta contracción del PIB en un ejercicio, debemos tener en cuenta que, en la crisis de 2008, la mayor caída del PIB se produjo en el año 2009, siendo del -3,8%. Por otra parte, estos datos empeoran notablemente las previsiones realizadas por distintos organismos especializados antes de la suspensión de la actividad económica, que, si bien destacaban que en el primer semestre del año se produciría una importante recesión, confiaban que en el segundo habría una recuperación que permitiría que la caída total del PIB se situara en un entorno entre el -3 y el -6%.

En segundo lugar, en relación con la tasa de desempleo, la previsión del FMI para España plantea que aumentará del 14,1% de la población activa en 2019, al 20,8% en 2020, reduciéndose al 17,5% en 2021. El Banco de España prevé una tasa de desempleo medio anual situada entre el 18,3 y el 21,7% de la población activa en 2020, y entre el 17,5 y el 19,9% en 2021. Las previsiones realizadas en diciembre de 2019 situaban el desempleo en el 13,7% de la población activa en 2020, y en el 13,2% en 2021.

Esta previsión de destrucción de empleo en 2020 es una de las peores de la zona euro, en la que solo Grecia tiene una tasa de desempleo superior a la de España.

En lo que se refiere a las cuentas públicas, la caída en la recaudación tributaria, unida al crecimiento del gasto público, supondría, según los cálculos realizados por el FMI, un déficit del -9,5% del PIB en el año 2020, el peor dato desde 2012, y del -6,7% en el ejercicio 2021, en ambos casos superior al previsto para el conjunto de la zona euro (-7,5 y -3,6%, respectivamente). Para la deuda pública este organismo prevé que se incremente del 95,5 al 114,6% del PIB.

Las previsiones del Banco de España sobre los efectos de la crisis en los saldos presupuestarios de las Administraciones Públicas suponen, para el ejercicio 2020, un déficit público situado entre el -7,2 y el -11,1% del PIB, y entre el -5,2 y el -7,4% del PIB en 2021, y un una deuda pública en unos niveles comprendidos entre el 109 y el 122% del PIB para los dos años.

Este grado de endeudamiento del sector público no se había producido en España desde el año 1902, después del desastre de 1898, y es muy superior al que está previsto tanto para el conjunto de la zona euro como para las economía avanzadas, a causa fundamentalmente del alto nivel de partida antes de la crisis. Estas cifras ponen nuevamente de manifiesto los efectos tan negativos que ha tenido no haber aprovechado los años de crecimiento para sanear las cuentas públicas.

Todos estos datos muestran que la economía mundial está inmersa en una crisis económica mucho más profunda de la que experimentamos en el año 2008, y que desgraciadamente España va a ser uno de los países europeos más perjudicados.

El Informe del FMI resalta que, “para evitar este desenlace resulta crucial adoptar políticas eficaces (…). Las políticas económicas tendrán que amortiguar el impacto que la disminución de la actividad tendrá en las personas, las empresas y el sistema financiero; reducir los efectos persistentes y más permanentes derivados de la inevitable y fuerte desaceleración; y garantizar que la recuperación económica pueda empezar rápidamente una vez que se disipe la pandemia”[5].

Sin embargo, las medidas aprobadas por el Gobierno a lo largo de estas semanas, todavía no sabemos a partir de qué previsiones, resultan claramente insuficientes para cumplir con todos estos objetivos.



[1] Banco de España: “Escenarios macroeconómicos de referencia para la economía española tras el Covid-19”. 20 de abril de 2020, páginas 2 y 3.
[2] Fondo Monetario Internacional: “Perspectivas de la Economía Mundial” (World Economic Outlook). Resumen Ejecutivo, página 1.
[3] Fondo Monetario Internacional: “Perspectivas de la Economía Mundial”. Resumen Ejecutivo, página 1.
[4] Fondo Monetario Internacional: “Monitor Fiscal”. Abril 2020. Resumen Ejecutivo, página 1.
[5] Fondo Monetario Internacional: “Perspectivas de la Economía Mundial”. Resumen Ejecutivo, página 1.