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Nota Editorial del nuevo número de Cuadernos FAES de Pensamiento Político

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Cuando se acababa de cerrar este número de Cuadernos de Pensamiento Político llegaban las noticias del ataque terrorista de Hamás contra Israel. Un ataque que la organización terrorista palestina diseñó como una cacería humana contra población civil indefensa, incluidos niños de corta edad cuyos cuerpos mutilados y decapitados en el kibutz Kfar Aza permanecerán como testimonio en la historia de la infamia.

No sólo hay que condenar la agresión de Hamás. Es preciso reconocer el derecho de Israel a su defensa. No basta con la solidaridad ocasional bajo la impresión inmediata del horror para disolverse después en la equiparación entre lo que hace un Estado rodeado de vecinos que buscan denodadamente su desaparición y la agresión de quienes han conducido una operación de asesinato masivo, con toma de rehenes y amenazas de ejecución, siguiendo la trayectoria de Al Qaeda o el ISIS.

Israel tiene derecho a existir. Su fracaso significaría un daño crítico para la seguridad global, también la nuestra. No sabemos si el conflicto escalará, pero da la impresión de que faltan actores por entrar plenamente en escena, singularmente Hizbolá en el norte para tensar al máximo la capacidad de defensa de Israel, desbaratar el proceso de normalización de sus relaciones con el mundo árabe, y avanzar –aún más– la posición e influencia de Irán. Porque, con ser preocupante el riesgo que procede de Gaza, la clave se encuentra en Teherán, en un régimen que, mediante una represión inimaginable, avanza sin restricción eficaz hacia la consecución del arma nuclear y, ahora, aprovechando su condición de productor de petróleo y gas, desafía las posiciones occidentales y pone de manifiesto el creciente debilitamiento de estas.

Irán está presente en la invasión de Ucrania como el aliado más importante de Rusia, auténtico socio tecnológico de Moscú. Controla Líbano –que ha dejado de tener las condiciones que definen un Estado– a través de Hizbolá. Controla Gaza a través de Hamás. Patrocina grupos terroristas en Cisjordania y desarrolla una activa estrategia de desestabilización de la monarquía jordana. El régimen de los ayatolás ha celebrado el primer aniversario de la muerte de Masah Amini, haciendo que su policía moral agrediera a una adolescente de 16 años que se encuentra en coma por no llevar la cabeza cubierta. Mientras tanto, la Unión Europea –que ha protagonizado un episodio bochornoso a cuenta de la decisión sobre la ayuda que presta a Gaza– no es capaz de incluir de una vez a la Guardia Revolucionaria iraní en la lista de grupos terroristas como reiteradamente ha pedido el Parlamento Europeo.

Lo que está ocurriendo en Israel muestra la decisión del régimen teocrático de elevar el desafío hasta niveles críticos. Si a este desafío iraní se pretende responder con las actitudes y estrategias sólo reactivas seguidas hasta ahora, Teherán seguirá ganando terreno. Es mucho lo que se puede y se debe hacer todavía en el terreno político, diplomático y económico para neutralizar esta amenaza; para empezar, apoyando a Israel en la garantía de su seguridad.