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Operación Sánchez

Anotaciones FAES 62

No solo del pescado cabe decir que su putrefacción empieza por la cabeza. Los indicios aportados ayer en la causa sobre la corrupción de la cúpula socialista –van dos secretarios de organización sospechosos de ídem criminal– han fulminado al número dos del PSOE colocando al número uno en una posición insostenible… para cualquiera que tuviera un mínimo decoro, respeto por los ciudadanos o, simplemente, decencia.

El informe de la UCO y los audios que lo acompañan revelan comportamientos incalificables. Hay de todo: mordidas, pucherazos, extorsiones y chantajes. Por su orden y desde el primer día. La banda del Peugeot, con su jefe a la cabeza, venía a llevárselo crudo desde que se puso al volante. Llegó al poder pactando con delincuentes y así lo ha mantenido. Fue Santos Cerdán el encargado de negociar la mordida de la amnistía para asegurar la investidura. Este hombre lo mismo te arregla un contrato de obra pública en Navarra, que unas primarias en Ferraz, que una investidura en Bruselas, Suiza o donde haga falta. ¿No fue él quien ascendió a Puigdemont, de prófugo a “exiliado”[1]?

El número uno ha sabido rodearse de pretorianos de rasero moral equivalente. Aquella frase de 2015: “el presidente del Gobierno tiene que ser una persona decente y usted no lo es”, desató la Operación. Fue un ejemplo de técnica proyectiva –“acción en espejo”, ya saben–; luego vendría la moción de censura – Ábalos moralizando en la tribuna: paladeen esa estampa– y la formación del “gobierno bonito” (porque la desfachatez no está reñida con la cursilería). Desde entonces, desde 2018 hasta hoy, un rosario de indecencias que culmina estos días: cuando la Comisión Europea denuncia la “autoamnistía”; el PSOE queda con las cañerías al aire; se desvelan intentos de extorsión a la Justicia y a la policía, y la atmósfera mefítica emanada desde La Moncloa amenaza ya con asfixiarnos a todos. 

Eligió un mal momento el ministro Marlaska para disparatar sobre una supuesta “Operación Aznar” para desestabilizar al Gobierno. Ya que no ha encontrado tiempo para defender el buen nombre de la Guardia Civil en la Operación Leire, por lo menos la Operación Koldo, es decir, la Operación Ábalos, es decir la Operación Santos Cerdán, es decir la Operación Sánchez, deberían tenerle más ocupado; sobre todo porque, a diferencia de otras “operaciones”, éstas –una y la misma, en realidad– sí que huelen realmente mal.

Al ministro Marlaska le gusta compartir aficiones literarias. Sabemos que la autora de Memorias de Adriano le es predilecta. Le alabamos el gusto y animamos a sus compañeros de Gobierno y partido a secundarlo. Y si le preguntan por títulos de la Yourcenar, ministro, ya sabe: Una vuelta por mi cárcel.


[1] https://www.abc.es/espana/cerdan-dice-puigdemont-exiliado-20231117203625-nt.html