Anotaciones FAES 61
Uno de los atributos característicos del sanchismo es la confusión metódica entre política y propaganda, la degradación de los hechos en relato. Ocurre, sin embargo, que la narrativa socialista es mucho más pobre que la realidad socialista. Los guionistas de Moncloa y Ferraz excretan con dificultad melodramas de intención lacrimógena y resultados hilarantes. Pero, tras las bambalinas… ¡qué derroche de realismo sucio! Hay un poco para todos los gustos, dentro del género noir: ambiente prostibulario, chantaje, nepotismo, venalidad…una fiesta para cualquier amante de lo sórdido.
En la última, la realidad imita al arte, como quería Oscar Wilde. Esta historia de la fontanera planeando extorsionar a policías a cargo de investigaciones molestas la hemos visto muchas veces en el cine. En cuanto a lo de ofrecer indultos a delincuentes para garantizarse la supervivencia, o para eludir o entorpecer la acción de la Justicia, también lo hemos visto; en sesión continua desde que Sánchez es presidente.
Lo malo de todo esto es que se acaba teniendo la misma inquietante sensación que le asalta a uno en el cine cuando, en cierto momento de la película, se descubre que el teórico guardián de la ley es, en realidad, el jefe de la mafia. Un poco como en L.A. Confidential, pero sin glamour ni vestuario de los cincuenta. Sin Kevin Spacey, Russell Crowe ni Kim Basinger. Con Ábalos, Koldo, Jésica y… la fontanera.
