Si no hay confianza empresarial, la eficacia se contrae. España debe apostar por la moderación del gasto público, la sostenibilidad presupuestaria y en ningún caso subir impuestos. Es fundamental crear un clima favorable a la libertad de empresa. Es momento de confianza y de certeza, no de incertidumbres y desconfianzas. Preocupa también que se utilicen los fondos de recuperación para financiar al sector público, esta no debe ser la principal finalidad. Los recursos se deben centrar en acciones que aumenten la productividad de las empresas.