La inflación ha marcado el inicio de 2022 ante la sorpresa de todos los españoles por su intensidad y duración y este ha sido el principal objeto de discusión entre los economistas Fernando Fernández, doctor en Economía y profesor en IE Business School y Pedro Antonio Merino, economista jefe en REPSOL, moderados por el responsable del área económica de FAES, Miguel Marín, en una nueva edición de Diálogos FAES sobre Perspectivas Económicas 2022.
Según Pedro Antonio Merino, «del 6,7 de la inflación; 4,1 es energía” y, en consecuencia, España y Europa atraviesan un encarecimiento de los costes que ralentiza la producción de bienes y servicios. A esto se sumarían estrategias comunitarias como la fabricación de chips en Europa o la transición energética que, en palabras de Fernando Fernández, son “claramente inflacionistas”. La subida de tipos también ha alimentado el debate entre los expertos por su posible efecto negativo en el consumo y la inversión.
Aunque las previsiones para este año son positivas, los economistas señalan que el crecimiento dependerá en gran medida del desembolso efectivo de los fondos europeos, teniendo en cuenta que «la composición del gasto derivado de los fondos va a ser mucho más intensiva en importaciones y esto tiende a reducir a la baja el crecimiento esperado de la economía española”, según Pedro Antonio Merino.
El repunte del turismo con el fin de Ómicron también quedó instalado en el debate como palanca clave que debería impulsar el crecimiento de nuestro país, aunque no se espera que el nivel de renta per cápita en España regrese aún a niveles previos a la pandemia. “Creo que 2022 va a ser un buen año económicamente pero mucho menos alegre de lo que estamos considerando”, apuntaba Fernando Fernández.
