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Reforma institucional y fortalecimiento democrático

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Navacerrada (Madrid), 06.07.12.- El rector de la Universidad Rey Juan Carlos, Pedro González-Trevijano, ha considerado durante su ponencia ‘Reforma institucional y fortalecimiento democrático’ en el Campus FAES que “debemos hacer una apuesta por preservar las instituciones: solamente los pueblos que se quieren suicidar las ponen en entredicho cada cierto tiempo”. Asimismo ha afirmado que “es extraordinarimente peligroso poner a las instituciones en la picota al socaire de malentendidas y falsarias democracias directas o semirrepresentativas que no se sabe muy bien a quien representan y que lo hacen de una forma mucho menor de lo que sus interlocutores intentan convencernos”.

En su intervención, presentada por el director de La Razón, Francisco Marhuenda, González-Trevijano ha defendido las instituciones centrales del Estado español, ya que “aunque vivimos una crisis económica extraordinariamente grave, me preocupan otras dos: la de valores y la institucional, que con el transcurso del tiempo ha perdido la legitimidad de ejercicio, sobre todo a raíz de determinadas actuaciones o intervenciones de los poderes públicos, no siempre aceptados, susceptibles de crítica y que en muchas ocasiones no satisfacen a lo que verdaderamente preocupa a la ciudadanía”.

González-Trevijano también ha señalado que “hemos vivido la peor expresión de la partitocracia” y que “aunque la democracia representativa no tiene alternativa, ha ido más allá de los cauces de la representación política establecidos”. Además, ha defendido la preservación de dos principios básicos en todo Estado moderno, los que marcan el respeto a la Constitución y a la Ley: “No porque lo diga la Constitución, sino porque si no se respeta la misma, la Ley y si no se cumplen las resoluciones jurisdiccionales, es imposible construir un Estado moderno, de Derecho y que satisfaga las pretensiones de seguridad, libertad y justicia de sus ciudadanos”.

REFORMA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL
Con respecto al Tribunal Constitucional, el rector de la Universidad Rey Juan Carlos ha señalado que “el Tribunal Constitucional tendría que hacer dos reformas importantísimas: recuperar el recurso previo de inconstitucionalidad al menos en lo que se refiere a los procesos de reforma estructural o estatutaria de autonomía y con un plazo de caducidad máxima; y otra referente al recurso de amparo”. A su juicio, “casi todo lo que afecta al recurso de amparo debería estar al margen del Tribunal Constitucional y remitirse a una sala especial del Supremo, a excepción de aquellos que afectasen a los derechos fundamentales derivados de leyes presumiblemente inconstitucionales”.

Asimismo, ha revisado otras posibles reformas como “el número de magistrados del Tribunal Constitucional, su renovación y el proceso mediante el que se les selecciona”. En referencia a la primera cuestión ha indicado que “doce magistrados es un número cuantitativamente razonable pero cualitativamente perverso, ya que al final y en caso de división en dos bloques, pone al presidente en una situación difícil”. Con respecto a las siguientes, ha afirmado que “ser magistrado por nueve años es razonable” y ha defendido su proceso de elección, ya que “desde el punto de vista de la política institucional y la democracia representativa, es el sistema más objetivo, más institucionalizado y más democrático”.

No obstante, González-Trevijano se ha mostrado convencido de la necesidad de tener un órgano como el Constitucional”, al que ha definido como “irreversible y asentado en el entramado constitucional español; y con funciones importantísimas y relevantes, como la definición de la constitucionalidad o la inconstitucionalidad de las leyes y la resolución de conflictos de competencia entre Estado y Comunidades Autónomas”.

PODER PARLAMENTARIO
El rector también ha indicado que la “potestad legislativa del Parlamento se encuentra afectada como consecuencia de la hipertrofia de legislación de urgencia y decretos leyes, de los que se hace un uso exagerado”. “El Parlamento también ha perdido su buen perfil y la elaboración de tantas leyes ha provocado la pérdida de significación del papel de la ponencia, así como de los momentos de reflexión y debate, erigiendo a la comisión como único referente de la acción legislativa y no escuchando a los colectivos afectados por la aprobación de determinadas leyes”, ha asegurado.

En este sentido, González-Trevijano ha valorado durante su intervención la “eterna crisis del poder parlamentario, intrínseca a la propia institución”. A su juicio, “en España tenemos un parlamento racionalizado, burocratizado e hiperdisciplinado, cuyo modelo de régimen establece a los grupos parlamentarios como verdaderos actores de la vida política y hace que el papel de los parlamentarios sea accesorio y esté extraordinariamente debilitado y siempre muy subordinado a las pretensiones y decisiones políticas de los grupos”.

Por último, González-Trevijano se ha mostrado “convencido de la vigencia de valores y de los valores en los principios que definieron el proceso de la transición política” y, en esta línea, ha defendido el poder moderador y de la monarquía parlamentaria: “Basta analizar la historia de España para ver las bondades de la monarquía frente a la república”. No obstante, ha señalado que son necesarias algunas reformas siempre que se produzcan “junto a otras reformas estructurales del Estado también susceptibles del referéndum constituyente y en un momento en que se sepa qué se quiere reformar, cuál es su formulación y si recoge expresamente el carácter heredero del jefe del Estado”.