Anotaciones FAES 47
Anne Applebaum, excelente politóloga y ensayista de nuestro tiempo, en su momento premiada con el premio Pulitzer, publicó hace pocos meses Autocracy, Inc., brillante y esclarecedor texto sobre la multiplicación de los sistemas “iliberales”, cada vez más próximos a las conocidas dictaduras sin que hayan todavía adoptado la forma y el nombre de lo que en su momento definió a la Alemania hitleriana o a la URSS estalinista. El texto constituye un imprescindible y bien documentado recorrido por los vericuetos en los que las reclamaciones democráticas de posguerra se ven sometidas a la opacidad de brutalidades que no osan decir su nombre. Y ahí están: Rusia, y China, y Cuba, y Nicaragua, y Venezuela, y Bielorrusia, y Afganistán, y Arabia Saudita, y Myanmar, y algunos otros, antiguos y modernos ejemplos hoy sometidos al horror de sistemas dictatoriales que no tienen empacho en violar derechos humanos, en prescindir de las normas del Estado de derecho, en construir sistemas basados sobre la corrupción y el enriquecimiento de sus gerifaltes.
En esa multiplicidad de retratos, Applebaum no ignora la experiencia polaca de los últimos decenios, cuando el partido gobernante, “Ley y Justicia”, había diseñado un trayecto cuidadosamente próximo al que practicaba, y sigue practicando, el primer ministro Viktor Orbán en Hungría, evocador de realidades que en 1991 parecían haber desaparecido con la implosión de la URSS. Y en la descripción de ese momento polaco, que la escritora conoce de cerca, relata como en 2022 “una provocadora profesional, contratada por uno de los entonces viceprimer ministro… comenzó a insultar públicamente a los jueces cuyas decisiones y comentarios públicos eran contrarios a las políticas gubernamentales. Envió postales groseras al presidente del Tribunal Supremo polaco y distribuyó información difamatoria sobre algún otro juez…”. Applebaum concluye: “Sus actuaciones… eran solo una parte de la amplia campaña del gobierno destinada a socavar al sistema judicial como institución y más ampliamente al mismo Estado de derecho”.
Autocracy. Inc, libro cuya lectura cabe vivamente aconsejar, fue publicado antes de que el Gobierno Sánchez anunciara su intención de llevar al Parlamento la ya conocida como “Ley Begoña”. Es evidente que, si de ello hubiera tenido noticia nuestra autora, hubiera incluido la iniciativa entre aquellas que identifican las decisiones de los autócratas. Caracterizados, como ella bien subraya y acabamos de apuntar, por su intención de “socavar el sistema judicial como institución y más ampliamente al mismo Estado de derecho”. Justo lo que está intentado conseguir Sánchez y todos y cada uno de los integrantes de su Gobierno. Es harto probable que, en las próximas ediciones del libro de la señora Applebaum, Sánchez aparezca en el índice de su texto como lo que cada día viene demostrando: ser uno más de entre los acabados autócratas de los tiempos modernos.
ADDENDA
Cuando iba a publicarse esta anotación, el Gobierno ha querido ilustrarla con una nueva muestra de su apetito colonizador y de su poca disposición a autolimitarse. La toma de control de Telefónica es una renacionalización excusada como operación de Estado. Sánchez, a través de la participación estatal en el accionariado de la compañía, depone y nombra directivos para controlar una firma estratégica en el ámbito de las telecomunicaciones, la inteligencia artificial y las redes sociales. Para inquietarse por fenómenos de concentración de poder y ‘crony capitalism’ tecnológico no hace falta mirar al otro lado del océano. Bien cerca tenemos los motivos de preocupación más inmediata.