Anotaciones FAES 14
EL PARTIDO SOCIALISTA ES UNA MÁQUINA DE FABRICAR INDEPENDENTISTAS
En Galicia, el PSOE se ha vaciado deliberadamente en beneficio del Bloque Nacionalista. En el País Vasco, las encuestas ya apuntan a una mayoría de Bildu en las próximas elecciones autonómicas que, en todo caso, se repartirá con el PNV la hegemonía nacionalista. En Cataluña, a Salvador Illa se le está poniendo cara de menú en el banquete de Sánchez con Puigdemont y Junqueras. Sánchez necesita fabricar nacionalistas porque en ellos radica la clave para mantenerse en el poder. Es difícil de creer, pero en Galicia la opción de Sánchez y el PSOE no ha sido el PSdeG, sino un partido soberanista que, al margen de las buenas formas engañosas de su candidata, se alinea con el nacionalismo independentista catalán y vasco.
EL PARTIDO SOCIALISTA NO ES EL PARTIDO QUE VERTEBRA ESPAÑA
Si alguna vez el PSOE ha sido vertebrador –y el condicional es muy grande– semejante afirmación nunca ha estado más lejos de la realidad. El socialismo bajo Sánchez –el único que hay, no nos engañemos– es hoy el vehículo de deconstrucción nacional de España y de su Estado y ha asumido sin apenas disimular la idea inviable, precaria y explosiva de una España confederal, entre yugoslava y austrohúngara, y por eso mismo imposible.
EL PARTIDO SOCIALISTA NO ES EL QUE MÁS SE PARECE A ESPAÑA
Para ser cierta la afirmación en que los socialistas se recreaban –“El PSOE es el partido que más se parece a España”– la mayoría de los españoles tendrían que estar a favor de la desigualdad y los privilegios, tendrían que asumir que España es una ficción y no una realidad histórica incontrovertible. La mayoría de los españoles tendrían que apoyar el levantamiento de muros que los dividieran, el sometimiento a los enemigos de la convivencia y la Constitución. Y no hay ninguna evidencia de que eso sea así.
Toda la retórica, toda la leyenda, toda la autocomplacencia, todo el coro de sicofantes que han alimentado la pretendida superioridad política y moral de la izquierda ha quedado silenciado y desmentido por lo que el socialismo realmente es; es decir, por lo que el socialismo realmente hace. No hay más.
FOTO: EFE