Antonis Klapsis es profesor asistente en la Universidad del Peloponeso
El nuevo gobierno griego de Kyriakos Mitsotakis se enfrenta a muchos retos y su aplastante victoria no cambia el hecho de que la necesidad de reformas profundas en el país es ahora más evidente que nunca.
Los resultados electorales
El resultado de las elecciones nacionales celebradas en Grecia el 7 de julio fue una victoria aplastante del partido de centro derecha Nueva Democracia, que consiguió un 39,85% de los votos y 158 escaños de los 300 que forman el Parlamento, y obtuvo así la mayoría absoluta. Por consiguiente, es la primera vez desde hace muchos años que se ha formado un gobierno de un solo partido. Este hecho marca el final de una sucesión de gobiernos de coalición, consecuencia de la agitación política generada por la crisis económica: cabe destacar que la última vez que un partido político consiguió obtener una mayoría absoluta fue en 2009, es decir, hace diez años, justo antes de que la crisis arrasara la economía griega.
Las elecciones han llevado a la derrota de SYRIZA, el partido de izquierdas liderado por Alexis Tsipras. Tras cuatro años y medio en el gobierno, han perdido porque mucha gente está harta no solo de que incumplieran todas sus grandes promesas, sino también de la arrogancia de muchos de los altos cargos de SYRIZA. No obstante, SYRIZA no ha sido devastada. Han obtenido el 31,53% de los votos y han conseguido 86 escaños en el Parlamento. Solo han perdido un 4% y menos de 150 000 votos en comparación con las últimas elecciones legislativas celebradas en septiembre de 2015. Asimismo, han conseguido aumentar significativamente su porcentaje en comparación con el resultado de las recientes elecciones al Parlamento Europeo en las que obtuvieron un 23,75%.
Cuatro pequeños partidos han logrado superar el umbral del 3% para entrar en el Parlamento griego. Dos son viejos y consolidados: el de centro izquierda Movimiento por el Cambio (lo que queda del que en su momento fue el poderoso Movimiento Socialista Panhelénico – PASOK), que obtuvo un 8,10% de los votos y 22 escaños en el Parlamento; y el Partido Comunista, con un 5,30% y 15 escaños. Los otros dos son nuevos: el nacionalista y populista prorruso Solución Griega, que logró un 3,70%; y el izquierdista MeRA25 del exministro de finanzas Yianis Varoufakis, con un 3,44% y 9 escaños.
Por el contrario, el neonazi Amanecer Dorado no consiguió más del 3% y por tanto no obtuvo representación en el Parlamento griego. Después de sucesivos resultados positivos en 2012, Amanecer Dorado ha visto disminuida su popularidad. Este es sin duda uno de los acontecimientos positivos que se asocian a las recientes elecciones. Muchos de los representantes más relevantes del partido, entre ellos su líder, todavía están siendo procesados por su participación en el asesinato del cantante rapero de 34 años, Pavlos Fyssas, en septiembre de 2013.
¿Qué cabe esperar en el futuro?
El nuevo primer ministro Kyriakos Mitsotakis fue investido y anunció de manera pronta a los miembros de su gabinete. En su equipo, aparte de los miembros de Nueva Democracia, también se incluyen algunas figuras políticas conocidas de centro izquierda y caras nuevas. Muchos de ellos son tecnócratas y del mundo de la empresa: esto aporta un nuevo enfoque en materia de gobernanza y, muy probablemente, marcará un nuevo estilo de trabajo gubernamental.
El nuevo gobierno formado se enfrenta a muchos retos. Mitsotakis ha prometido dar un buen impulso a la estancada economía griega, lo que llevaría a la creación de nuevos empleos, para romper así el círculo vicioso del subdesarrollo y de la alta tasa de paro. Para conseguirlo necesita atraer inversión extranjera. Reducir los impuestos también es esencial, dado que estos son increíblemente elevados en Grecia. Otra cuestión muy relevante en su agenda será la lucha contra la delincuencia y el restablecimiento del orden público y la seguridad que se ha deteriorado drásticamente en los últimos cuatro años.
Independientemente de cuáles sean las prioridades, el nuevo gobierno no tendrá mucho tiempo que perder. Parecen estar muy bien preparados. Lo que es seguro es que necesitan actuar rápido y con decisión. Si no, pronto se encontrarán atrapados entre problemas que siguen sin resolverse. A juzgar por experiencias pasadas, puede que no pase mucho tiempo hasta que empiezan a surgir problemas internos dentro de Nueva Democracia.
SYRIZA sin duda ha consolidado su posición dominante entre el centro izquierda y la izquierda del espectro político. SYRIZA parece sentir presión por parte de la izquierda de MeRA25 y su flamante líder Varoufakis, pero no es probable que MeRA25 se convierta en una amenaza seria para SYRIZA. En SYRIZA, el liderazgo de Tsipras se mantiene prácticamente intacto. Él es el principal valor de SYRIZA. Sin él, es muy probable que el partido nunca hubiera tenido ni de lejos el éxito que ha tenido desde 2012.
Lo que está por ver es cómo se comportará SYRIZA como el partido principal de la oposición. Algunos analistas dicen que Tsipras aprovechará esta coyuntura para transformar por completo SYRIZA en un partido socialdemócrata. Esta parece la opción racional desde un punto de vista político y electoral. Tsipras y SYRIZA han cambiado mucho en los últimos cinco años: por ejemplo, al principio eran mejores amigos de Pablo Iglesias y Podemos, pero, con el paso del tiempo parecen sentirse cada vez más cómodos con Pedro Sánchez y el PSOE. Por otro lado, existen razones para creer que SYRIZA no cambiará totalmente su ADN político izquierdista y, así pues, volverá –al menos hasta cierto punto– a sus tácticas de oposición feroces, como promover dinámicas protestas públicas contra el gobierno. Una cosa es el realismo político y otra es el instinto político.
Para Movimiento por el Cambio, el mayor reto probablemente sea no resultar aplastado entre Nueva Democracia y SYRIZA. El resultado de las elecciones señala a la recreación de un sistema bipartidista, puesto que Nueva Democracia y SYRIZA han obtenido en total más del 70% del voto popular. El peligro para Movimiento por el Cambio parece ser ver a bastantes de sus miembros y votantes moverse hacia la izquierda (es decir, a Nueva Democracia) o hacia la izquierda (es decir, a SYRIZA). Los socialistas fueron los más afectados tras la crisis económica de 2009; pagaron el mayor precio en términos electorales. Ahora tienen que hacer frente a una amenaza incluso mayor.
El populismo cayó en las elecciones griegas y los partidos políticos pro UE prevalecieron. Sin embargo, el populismo todavía parece una fuerza significante en la política griega. Grecia fue uno de los países de la UE más afectados por el populismo durante la reciente crisis económica. Los optimistas pueden ver en los resultados electorales griegos un punto de inflexión en detrimento del populismo a nivel paneuropeo. No obstante, el resultado de las elecciones no cambia el hecho de que Grecia todavía se enfrenta a una gran cantidad de problemas. La necesidad de reformas profundas es ahora más evidente que nunca. Si el nuevo gobierno consigue gestionar estos problemas con éxito, entonces es posible que comience un círculo virtuoso para Grecia. Si no, entonces puede que veamos una nueva versión del antiguo mito griego: las hijas de Dánao llevando una jarra llena de agua para llenar una bañera que se rebosa constantemente y, por tanto, está eternamente vacía, aunque se hagan grandes esfuerzos para lograr lo contrario.
Traducción de Mª Elena Ginés Castillo