La innovación disruptiva en la prestación de servicios avanza a la velocidad de la luz y la tecnología actual, no la que vendrá sino la que ya existe, hace posible compartir el conocimiento sobre bienes y servicios para intercambiarlos de manera más eficiente. El cambio tecnológico ha provocado una crisis en la estructura de mercado, lo que, a su vez, ha desajustado las normas legales. La profesora de Economía Rocío Albert pide establecer nuevas reglas de “juego” para todos, porque la transformación digital lo ha revolucionado de tal manera que las normas existentes carecen de sentido.

_Los modelos de negocio ‘colaborativos’ han logrado abordar, desde la tecnología y la innovación, dos problemas básicos de muchos mercados: los elevados costes de transacción y la asimetría de información

_Las disrupciones tecnológicas rara vez se producen a gusto de todos y en los periodos de ajuste siempre se dan situaciones difusas y conflictivas. La dependencia del camino recorrido hace muy difícil que las Administraciones Públicas cambien la legislación

_La penetración de las nuevas plataformas está cuestionando la supervivencia de regulaciones, privilegios y asimetrías que pudieron tener una justificación en otro momento, pero que los cambios tecnológicos han hecho desaparecer

_La revolución tecnológica pasa por una nueva regulación para todos los jugadores, los antiguos y los nuevos; se debe regular conjugando la protección del consumidor sin freno a la innovación

_Las plataformas ofrecen una gran oportunidad de trazabilidad y control de la oferta, porque las transacciones quedan registradas a través de aplicaciones y existe la posibilidad de gravarlas con los correspondientes impuestos