Anotaciones FAES 57
En España el sanchismo gobierna por decreto para eludir la consulta de los órganos constitucionales; al mismo tiempo, activa consultas sin precedente ni garantía si le conviene y cuando le interesa. ¿Para qué molestar al Consejo de Estado con minucias como la amnistía o la ley ‘del sí es sí’? Preguntar a togados independientes te expone a una censura pública: igual te contradicen. Algo nada recomendable cuando te dedicas a mercar la impunidad de tus cómplices invocando el “interés general”. Mejor reventar el procedimiento legislativo o apelar “al pueblo”, para darle barniz plebiscitario a compromisos o arbitrios decididos de antemano. De esta forma, usted mismo podrá inscribirse con nombre falso –pruebe “Filemón”, “Mortadelo” está cogido– en la consulta organizada por el Gobierno para legitimar el manoseo político de la OPA sobre el Banco Sabadell.
El Gobierno, completamente fuera del carril institucional, busca ganar tiempo y mantener el precario equilibrio de sus alianzas políticas a costa de accionistas y entidades sometidos a la ley y al dictamen de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Porque una vez aceptada –unánimemente– la OPA por la CNMC, el Ejecutivo tenía más difícil torpedear la operación. Con la ley en la mano, solo le quedaba valorar la oferta pública planteada por el BBVA atendiendo, al margen de razones de competencia ya elucidadas, a criterios de “interés general”. Noción incompatible con toda su ejecutoria. Como pedirle al conde Drácula irse a la cama tras cenar sopa de ajo y rezar un rosario. Demasiado para los arquitectos del “muro”, y como no tenían margen y no se puede decepcionar a los socios de los que se depende, han optado por abrir una consulta sin encaje eludiendo cualquier responsabilidad propia.
El mismo Gobierno que confunde explicaciones con excusas es incapaz de entender que gobernar en democracia es una actividad limitada. Siempre se le encuentra dispuesto a convertir decisiones regladas en controversias ideológicas que polaricen la opinión y dividan el país; al servicio, precisamente, de su muy particular interés en la vigencia del contrato de socorros mutuos que le mantiene en el poder. Qué importarán la seguridad jurídica, la confianza inversora, la estabilidad financiera, el patrimonio de los accionistas, y el valor mismo de las entidades afectadas. Es decir, qué pueden importar los ingredientes que hacen concebible siquiera una noción mínima de interés general. Otro peldaño descendido por el despeñadero populista.