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¿Una nueva doctrina nuclear de Rusia?

“No creo que la bomba atómica sea una fuerza tan seria como ciertos políticos se inclinan a pensar. Las bombas atómicas están destinadas a intimidar a los débiles de nervios, pero no pueden decidir el resultado de la guerra, ya que las bombas atómicas no son de ninguna manera suficientes para este propósito”, respondió Josef Stalin a una pregunta de Alexander Werth, el corresponsal de The Guardian, en septiembre de 1946. Setenta y ocho años después, y tras la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk, los militares y analistas rusos han propuesto “actualizar” la Doctrina nuclear. O creen que el armamento nuclear puede decidir la guerra, o su propuesta de actualizar la Doctrina nuclear sirve como instrumento de “control reflexivo”, una herramienta para controlar las decisiones del oponente al imponerle suposiciones que cambian su forma de pensar y actuar.

Desde la invasión rusa de Ucrania, en diferentes ocasiones varios políticos, militares y analistas rusos y no rusos han subrayado que Rusia es una potencia nuclear, lo que ha sido una de las claves para explicar el temor de los aliados de Ucrania a una escalada militar. Los casos en los que Rusia puede usar armas nucleares están enumerados en dos documentos: la Doctrina militar de 2014 y los Principios de la Política de Disuasión Nuclear de 2020.

El primer documento enumera dos condiciones en las cuales Moscú puede usar armas nucleares: [1] un ataque a Rusia o sus aliados utilizando armas de destrucción masiva… y [2] un ataque a Rusia utilizando armas convencionales, no nucleares, siempre que dicho ataque amenace nuestra integridad territorial y soberanía. El documento de 2020 añade dos condiciones adicionales para el uso de armas nucleares: [3] un lanzamiento confirmado de misiles balísticos por parte de un Estado enemigo y [4] la destrucción de elementos críticos de nuestra infraestructura, que haría imposible nuestra respuesta nuclear. Los casos especificados en estos dos documentos cubren todos los riesgos, según el general retirado Yevgeny Buzhinsky, pero destaca que la Doctrina nuclear rusa carece de un elemento que la Doctrina estadounidense contiene, esto es, de un ataque nuclear preventivo “limitado”. El general rechaza la idea de usar armas nucleares en el marco de la “operación militar especial” en Ucrania incluso en un formato “limitado”. Afirma: “Pero aún existe un escenario en el que Rusia podría presionar el botón rojo. En el teatro de operaciones militares en Ucrania, podemos enfrentarnos fácilmente con armas convencionales. Pero si la OTAN nos ataca con sus tropas regulares, entonces se podría llevar a cabo un ataque a los centros de toma de decisiones o, por ejemplo, a la base de Ramstein”[1].

Sergey Karaganov, uno de los analistas más reconocidos (y más afines al régimen), apoyó las ideas del general: “Tácticamente, nuestras fuerzas militares están ganando en el campo de batalla, pero hemos abierto el camino a una guerra agotadora, larga y prolongada que será ganada por quien sea más fuerte económicamente. Existen propuestas concretas para enmendar la doctrina nuclear y planes para llevar a cabo –si es que alguna vez llegamos a eso– una guerra con el uso limitado de armas nucleares, y están en ciertas oficinas. Pero no salen de esas oficinas”[2].

Una “actualización” de la Doctrina nuclear rusa hacia el uso del ataque nuclear preventivo, podría abrir la puerta a un uso “limitado” de las armas nucleares por el Kremlin en la guerra en Ucrania. Esto sería un alejamiento de la histórica doctrina nuclear definida por Stalin, o simplemente otra de las escaladas verbales para “intimidar a los débiles de nervios”.


[1] https://www.mk.ru/politics/2024/09/02/politolog-karaganov-prizval-izmenit-yadernuyu-doktrinu-rossii-shag-vverkh-po-lestnice-eskalacii.html

[2] Ibidem.