Idioma-grey

Amy Coney Barrett y el Tribunal Supremo de los Estados Unidos

Resulta llamativo que una buena parte de la opinión publicada –y parece que todo el Gobierno– asuma sin más que le corresponde a Marruecos decidir cuándo abre y cuándo cierra una crisis en su relación con España. Que para Marruecos toca promover la entrada masiva de sus nacionales, menores incluidos, para desestabilizar Ceuta, la crisis se abre. Que ya no conviene a los intereses marroquíes y a su relación con la Unión Europea la utilización de menores para irrumpir en una frontera comunitaria, el monarca marroquí da por cerrada la crisis. Pero las cosas no son así.

Nota Editorial dedicada a la reforma del CGPJ

Resulta llamativo que una buena parte de la opinión publicada –y parece que todo el Gobierno– asuma sin más que le corresponde a Marruecos decidir cuándo abre y cuándo cierra una crisis en su relación con España. Que para Marruecos toca promover la entrada masiva de sus nacionales, menores incluidos, para desestabilizar Ceuta, la crisis se abre. Que ya no conviene a los intereses marroquíes y a su relación con la Unión Europea la utilización de menores para irrumpir en una frontera comunitaria, el monarca marroquí da por cerrada la crisis. Pero las cosas no son así.

LA PELIGROSA PATALETA SOBRE MADRID

Ha caído sobre Madrid, en forma de estado de alarma, la pataleta autoritaria de un narcisista, irritado por un fallo judicial que el jueves pasado dejó en evidencia la insólita chapuza jurídica del Gobierno que preside y cegado por su obsesiva animosidad contra … Leer más

Sánchez y el ‘efecto Pinocho’

Resulta llamativo que una buena parte de la opinión publicada –y parece que todo el Gobierno– asuma sin más que le corresponde a Marruecos decidir cuándo abre y cuándo cierra una crisis en su relación con España. Que para Marruecos toca promover la entrada masiva de sus nacionales, menores incluidos, para desestabilizar Ceuta, la crisis se abre. Que ya no conviene a los intereses marroquíes y a su relación con la Unión Europea la utilización de menores para irrumpir en una frontera comunitaria, el monarca marroquí da por cerrada la crisis. Pero las cosas no son así.

EL ERROR FATAL

Resulta llamativo que una buena parte de la opinión publicada –y parece que todo el Gobierno– asuma sin más que le corresponde a Marruecos decidir cuándo abre y cuándo cierra una crisis en su relación con España. Que para Marruecos toca promover la entrada masiva de sus nacionales, menores incluidos, para desestabilizar Ceuta, la crisis se abre. Que ya no conviene a los intereses marroquíes y a su relación con la Unión Europea la utilización de menores para irrumpir en una frontera comunitaria, el monarca marroquí da por cerrada la crisis. Pero las cosas no son así.