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Se puede ver que hay consideraciones que se superponen en el plano temporal y que hay un gran número de opciones posibles para comenzar a paliar la brecha de financiación de la industria de defensa.  Por ejemplo, si bien el impacto positivo de una potencial reforma del mercado de titulizaciones sería a largo plazo, hay aspectos de la regulación que hay que resolver a corto plazo simplemente para desbloquear las inversiones públicas y privadas iniciales necesarias para desarrollar el mercado con la urgencia que marca la realidad estratégica. Todo esto refuerza la necesidad de que desde Bruselas se articule una estrategia que tenga todos estos factores en consideración.

Mejorar la financiación de la defensa europea se ha convertido en una necesidad urgente para las diferentes naciones de la Unión Europea. Si la guerra de Ucrania ya demostró que los dividendos del fin de la Guerra Fría se habían terminado, la reelección de Donald Trump a la presidencia de EE. UU. ha vuelto a dejar en evidencia, una vez más, que Europa no puede continuar teniendo una dependencia absoluta de Washington para su seguridad. El inevitable aumento en los presupuestos de defensa, que nuestros aliados estadounidenses llevan reclamando, por lo menos, desde el primer mandato de Obama, difícilmente va a resolver en el corto plazo las deficiencias tanto a nivel militar como de capacidad industrial que llevan acumulándose durante décadas. 

La editorial de FAES, Gota a Gota, acaba de publicar la biografía Raymond Aron. Una introducción, de Daniel J. Mahoney. Esta obra, que forma parte de la colección de Biografías Intelectuales, muestra al filósofo y sociólogo francés como un pensador clave del siglo XX que defendió la política como eje de la vida social. Aron mantuvo un pensamiento racional, prudente y defensor de la libertad, incluso en tiempos oscuros. Daniel J. Mahoney lo presenta como un ejemplo de claridad intelectual frente a los excesos ideológicos. Su pensamiento ofrece claves para entender los desafíos actuales de la democracia y la ciencia política. Este libro de 297 páginas, que ha sido coeditado por FAES y el Instituto de Estudios de la Sociedad, ya se encuentra disponible en librerías.

Hay un consenso general de que vivimos en un tiempo de declive de la calidad de las democracias. Esto no es únicamente un estado de ánimo, sino que está atestiguado por indicadores internacionales de cierta reputación como Democracy Index y V-Dem. Pero para saber cuál es el estado de la democracia y cómo mejorarla se hace imprescindible saber qué es la democracia y esto, también, parece que no está nada claro. Para ello, en las líneas que siguen, se explica el significado de la democracia desde la antigüedad clásica hasta el presente; y se compara la concepción antigua de democracia con el gobierno representativo. Se explica cómo las democracias contemporáneas son resultado de la democratización de los parlamentos que dan lugar a la democracia constitucional. Se explica también cómo frente a esta democracia constitucional nació también en la edad moderna una concepción rival que puede calificarse como democracia soberanista o plebiscitaria.

El autor recorre la policrisis, o distintas crisis superpuestas, que se manifiestan tanto en los instrumentos políticos e institucionales como en el déficit de gobernanza democrática y de previsión internacional para manejar los conflictos globales, y que parecen abocar nuestras sociedades al fracaso y a un populismo lindante con la autocracia. 

Como la prisa demoledora del Gobierno supera toda retentiva normal, conviene hacer inventario. Los socialistas cuentan con una fatiga por saturación en la opinión pública. No es fácil asimilar y retener tantos episodios de nepotismo, arbitrariedad, colonización institucional, ausencia de decoro, y abuso de poder, sucediéndose de forma casi cotidiana. 

En el año 2006 la Fundación FAES propuso la creación de un Área Atlántica de Libre Comercio. En el año 2013 revisamos esa propuesta y propusimos un Tratado Transatlántico de Libre Comercio con los Estados Unidos. Esa es la respuesta inteligente que tiene que hacer Europa a los aranceles de Trump.

Este segundo informe, actualiza el informe anterior reforzando todo aquello que nos une. Propone trabajar otros ámbitos, no solo en el económico, para buscar acuerdos y socios adicionales fuera de nuestras tradicionales áreas geográficas.

Este informe FAES propone una integración económica total entre la UE y EE.UU., eliminando barreras al comercio y la inversión. Se planteó como una iniciativa ambiciosa, basada en el bilateralismo y multilateralismo, con beneficios como mayor crecimiento, empleo e innovación.

La OTAN ha enfrentado una crisis de identidad ante nuevos desafíos. Su cohesión se ha visto amenazada por la pérdida de una misión común y diferencias entre sus miembros. Este informe proponía renovarla para seguir defendiendo la libertad y la democracia.

El presidente de la mayor potencia económica del mundo se ha proclamado víctima del comercio internacional. Empeñado en “hacer grande América de nuevo”, ha decidido amurallarla detrás de una alambrada arancelaria. Y publica una lista que, arbitrariamente, cataloga presuntos agravios para justificar la cuantía de las tarifas adoptadas como represalia. Cunde así la amenaza de embarcar al mundo en una guerra comercial sin precedentes. Hay para casi todos: desde una base general del 10%, al 34% para China, el 20% para la Unión Europea o el 49% para Camboya. Casi todos: Rusia, Corea del Norte y Cuba, por distintas razones, no comparecen.

Un prófugo con residencia en el extranjero, sin derecho a voto en un parlamento autonómico del que es miembro en fraude de ley, impone condiciones al gobierno nacional, negocia de potencia a potencia y, en definitiva, condiciona decisivamente la estabilidad política del país. Así se desguaza un Estado. De la mano de Sánchez, España se va pareciendo cada vez más a un botín. En cuanto a su dirección política… ¿cabe todavía usar la expresión socios de gobierno? Hablemos con propiedad: cómplices de latrocinio.

Cada vez que nos preguntamos qué tiene que pasar para que la antinomia gobernante resulte palmaria, nunca hay que esperar demasiado; siempre pasa algo. Por ejemplo, ayer. En un momento existencial para Europa, la coalición de gobierno dice simultáneamente sí y no a lo que unos ministros llaman “inversión en seguridad” y otros “carrera armamentística”. En el mismo Consejo de Ministros se sientan partidarios de repetir la jugada de los fondos Next Generation –de auditoría pendiente–, con el incremento de gasto militar, junto a quienes abogan, a gritos, por salir de la OTAN.

El muro de Sánchez no es una necesidad impuesta por la sociedad de socorros mutuos que lo sostiene a él y a sus socios, sino una vocación. Si Sánchez no acude al Parlamento para desarrollar un plan razonable destinado a fortalecer la Defensa española y europea no es porque no exista una mayoría suficiente para hacerlo sino porque existe, si se consideran los votos del PP. El socialismo español vive una doble vida, invocando incansablemente la idea de una sociedad internacional basada en reglas, pero pulverizando las reglas nacionales, las escritas y las que no lo están.

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