El expresidente de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, Luis Carranza, y el director del instituto español de banca y finanzas y profesor del IE, Manuel Balmaseda, moderados por el director de Economía y Políticas Públicas de la Fundación Faes, Miguel Marín, han expuesto sus pronósticos para la economía de América Latina.
América Latina acumula una serie de desequilibrios macroeconómicos de largo plazo que no ha sido capaz de resolver a falta de reformas estructurales de calado. La región acusó fuertemente el impacto de la pandemia, que provocó importantes retrocesos en los niveles de pobreza. La elevada inflación derivada de los cuellos de botella en las cadenas de suministro global y de la guerra de Ucrania ha tenido su principal proyección en los precios de los alimentos y ha afectado especialmente a los colectivos más vulnerables, que dedican cerca del 50% de sus ingresos a alimentación. A medio y largo plazo, América Latina se enfrenta al reto de resolver los desequilibrios pendientes y tiene importantes ventanas de oportunidad para ello. Uno de sus mayores activos ahora mismo es su riqueza en biodiversidad y materias primas, muchas de ellas críticas para la culminación de los procesos de transición energética en marcha a lo largo y ancho del mundo. China, consciente de ello, está apostando fuertemente por la región, pero Estados Unidos y la Unión Europea están completamente ausentes, pues no tienen una estrategia clara para con la región. Finalmente, América Latina no podrá aprovechar ninguna de las ventanas de oportunidad que se le plantean si no acomete reformas de calado que tengan valores como la libertad de mercado o la igualdad de oportunidades en el centro. La institucionalidad, disponer de instituciones sostenibles en el tiempo, que perduren más allá del ciclo político y que permitan el avance de las empresas y de la sociedad en general, también es clave.
«Actividad subvencionada por la Secretaría de Estado de Asuntos Exteriores y Globales»